Hay 100 divorcios judíos por año y un rabino convence a los que se resisten

Hay 100 divorcios judíos por año y un rabino convence a los que se resisten

Son datos de Argentina. En su mayoría, los que impiden la ruptura del vínculo religioso son los hombres.

El dramático divorcio religioso entre dos argentinos sobre el que ayer informó Clarín, por el que un hombre quedó retenido en Israel -ver “Sólo tiene...”-, se trata de un caso extremo pero, finalmente, no del único.

En la Argentina hay alrededor de 100 divorcios judíos religiosos por año, según informó a Clarín el Tribunal Rabínico que funciona en la AMIA. Y de esa cantidad hay algunos casos que presentan conflictos, en los que un rabino intercede para tratar de convencer a la parte rebelde.

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“El número no es tan alto si tomamos en cuenta que en la comunidad argentina hay unos 180 mil judíos”, deslizaron desde la Mutual de la calle Pasteur. Esta cifra equivale a un divorcio cada cuatro días.

El Tribunal Rabínico con sede en AMIA tiene que ver con los judíos askenazi (aquellos de origen europeo). También funciona otro tribunal, el del Rabinato de la Congregación Sefaradí (relacionado a la Península Ibérica y al mundo árabe) “que tiene muchos menos divorcios, unos veinte, por lo que entre ambos deben llegar a unos cien por año”, puntualizaron.

En un mediano porcentaje de esos divorcios suele haber conflictos. ¡Cuándo en una separación no hay problemas, más allá de la religión! El tema es el grado de problemática, de dificultad y es allí cuando aparece el trabajo de campo de un rabino, “que se las rebusca para conciliar, persuadir, interceder terapéuticamente e intentar evitar situaciones controversiales como las que le sucedieron a esta pareja... No podemos permitir que estas cosas avancen, que se nos vayan de las manos”.

No siempre se puede, evidentemente, y “cuando los abogados toman partido se arma el despiole, aparece la guerra, como pasó con esta gente”. Por supuesto que hay divorcios religiosos “que se resuelven de taquito, el mismo día y con ambas partes de acuerdo. ¡Qué placer!”.

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¿Por qué o en qué casos una de las partes se niega a entregar el guet (divorcio)? “Por despecho, por orgullo, por saña o por venganza y, mayormente, esas negativas provienen de los hombres, unos siete u ocho de cada diez casos”. Desde AMIA sugieren que “la negativa a conceder el divorcio religioso empezó a mirarse desde una perspectiva de violencia de género, aunque no una violencia explícita. Es que conlleva el cercenamiento del ejercicio de muchos derechos y por eso se ha interpretado por los juzgados como una variante de violencia de género al quedar sometida a la voluntad de otro”.

Hay ejemplos, los más esporádicos, en los que el rabino hace un seguimiento, un trabajo digno de Sherlock Holmes para dar con el paradero del fugado que no dio el guet. “Pasó que una mujer estaba pugnando por el suyo desde hacía tres años, pero su ex marido estaba perdido, no había dejado rastros. No sé cómo conseguí un teléfono, me pude comunicar y el hombre vivía en Uruguay. Y me fui hasta allá, me encontré en un barcito y logramos que el señor diera el divorcio religioso y a cambio se le cancelaba la deuda por alimentos que arrastraba con su ex”. También hay otra situación, todavía pendiente pero bien rumbeada, que alude a una mujer que desde hace bastante que está esperando el divorcio para blanquear su relación sentimental con un hombre fuerte del gobierno actual.

¿Es gratuita la ceremonia de divorcio religioso? No y sí. En realidad tiene un valor oficial de $10.000 “para quien lo puede pagar, pero casi nadie abona lo que corresponde, sino lo que puede, y muchas veces al interesado le cuesta cero peso. En general se hace cargo la AMIA, que en ese aspecto siempre va a pérdida”.

La fuente de Clarín enfatiza que “la religión prefiere llevar a buen puerto los divorcios, más allá de que le cueste caro. Pensá que en cada ceremonia de divorcio religioso hay seis rabinos que hacen su trabajo y hay que pagarles, por supuesto. A la AMIA, que tiene otros ingresos, no le importa asumir el monto, porque lo fundamental para la comunidad -remarca- es que la gente se divorcie en buenos términos y que no se repitan situaciones como la que nos tiene en vilo”.

La palabra del abogado de la mujer

La resolución del tema del chico que está retenido en Israel es muy sencilla: sólo tiene que dar el divorcio y en cinco minutos está volviendo a la Argentina”, afirma a Clarín Bernardo Beccar Varela, abogado de MY, la joven de 20 años que se casó con JA en junio de 2017, se separó civilmente cinco meses, en noviembre, pero no consiguió el solicitado guet (divorcio religioso) para poder rehacer su vida dentro del rito judío.

Entonces MY, luego de reclamar en el tribunal rabínico argentino, sin lograr los resultados deseados, recurrió el 1° de febrero al Tribunal Rabínico de Israel, organismo que retuvo a JA, quien aterrizó en Tel Aviv días después para asistir al casamiento de un amigo, para luego seguir en viaje de trabajo. Una vez ingresado al país le notificaron que no podría salir hasta tanto se solucionara el conflicto marital.

“Lo que no se entiende es por qué la otra parte no concede el divorcio religioso, cuando si lo hiciera la respuesta del tribunal israelí sería automática. ¿Por qué no otorga el divorcio?”, se pregunta con insistencia el letrado.

La causa tendrá novedades el lunes. De acuerdo a lo que se resuelva podría suscitarse algún tipo de conflicto internacional. Hoy existe en primera instancia un pedido de inhibición de parte de la justicia argentina hacia el tribunal israelí;petición que está apelada por la mujer. Beccar Varela lo explica así: “Hay un juez argentino que tiene competencia, pero lo que nosotros decimos es que se trata de una cuestión religiosa y ningún tribunal argentino puede resolver este tema. Entonces si un juez argentino dice ‘yo soy el que tiene competencia en este tema y el tribunal rabínico no puede seguir actuando’, en definitiva va a quedar el tema sin resolución. Simplemente porque la justicia ordinaria civil -insiste- no tiene jurisdicción ni puede imponerse a un asunto religioso. Eso es lo que estamos planteando, es uno de los argumentos de la apelación”.

El otro argumento, hace saber, “es más técnico” y tiene que ver con situaciones en las que se produce “un conflicto entre dos tribunales de distintos países como es éste, en los que nuestra Corte Suprema tiene dicho que no corresponde el recurso de inhibitoria, porque si el Tribunal Rabínico de Israel sostiene ‘sí, soy competente y desoigo al juez argentino’, no existe ningún organismo supranacional para resolver el caso”. Beccar Varela desconoce qué puede suceder el lunes, en la audiencia en la que el tribunal israelí escuchará al argentino JA. “La verdad es que no sé, es un caso particular y no tengo experiencia en tribunales rabínicos, además de que hay pocos antecedentes como éste a nivel internacional”.

El experimentado abogado que defiende a MY deja saber que de la vereda de enfrente “no se quiere negociar absolutamente nada y existe una postura enojada y enardecida en la que no negociarán hasta que el chico no recupere la libertad, dicen utilizando esos términos. Y volvemos al comienzo: su salida de Israel depende exclusivamente de él y no de los tribunales rabínicos”. Sobre su clienta, Beccar Varela señaló que “está angustiada porque es una chica muy religiosa y el posible aguná, o sea, el mantenerse esclavizada a la decisión de un hombre, es algo muy complejo, que la tiene preocupada de cara a su futuro. Por lo demás es una chica común y corriente, como cualquier chica de veinte años”. Sin duda, esta historia continuará.

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