La diócesis de Lomas de Zamora peregrinó a la basílica de Luján

La diócesis de Lomas de Zamora peregrinó a la basílica de Luján

La diócesis de Lomas de Zamora peregrinó a la basílica de Luján ayer, 7 de mayo, vísperas de la fiesta de Nuestra Señora de Luján y domingo del Buen Pastor. El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, animó a ser “creativos para llevar el Evangelio”, y pidió a la Virgen que “recree en nosotros el deseo de ser discípulos para la misión”.

En vísperas de la fiesta de Nuestra Señora de Luján, la diócesis de Lomas de Zamora peregrinó ayer, 7 de mayo, domingo del Buen Pastor, a la basílica de la patrona de la Argentina. El obispo diocesano, monseñor Jorge Lugones SJ, presidió al mediodía la misa central de la jornada, donde pidió a la Virgen que “recree en nosotros el deseo de ser discípulos para la misión”. 

Concelebraron la Eucaristía el obispo auxiliar de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Torres Carbonell, el vicario general de la diócesis, presbítero Hugo Barrios, y los sacerdotes presentes. 

En el marco de la 54ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones que se celebraba ese día, monseñor Lugones animó a ser “la voz del Buen Pastor para las ovejas que están más lejos”. 

“Hoy, que el Buen Pastor sale y dice: ‘Yo soy la puerta’, muchos no conocen cuál es la puerta de la salvación. Nosotros podemos acercar a las personas a esa puerta y esa voz, dulce, serena, cercana, amistosa y salvadora del Buen Pastor”, señaló el obispo en su homilía, quien además recordó las prioridades que tiene la diócesis para el trienio actual. 

Al referirse a la fiesta de Nuestra Señora de Luján, destacó que “la Virgen nos abre el camino al Evangelio, ella abre el corazón a la Palabra de Dios que transforma la vida de una persona, sana y libera de todo mal”. 

“Que seamos creativos para llevar el Evangelio, para llevar la Palabra a otros que no la tienen y no la 

conocen y necesitan su consuelo”, dijo el prelado y pidió: “Que la Virgen cuide este deseo de misión, recree en nosotros el deseo de ser discípulos para la misión y nos anime a llevar la Palabra de Jesús a muchos”. 

Luego de la celebración eucarística, se rezó la oración vocacional de la diócesis y, por la tarde, se pudo adorar al Santísimo.

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