Las diferencias entre las cartas que recibió la Presidente

Las diferencias entre las cartas que recibió la Presidente
La primera misiva enviada por Francisco vía la Nunciatura fue el 8 de octubre de 2013, tras la cirugía por el hematoma craneal a la que había sido sometida Cristina. La segunda, fue difundida ayer con motivo del 25 de Mayo, pero el Vaticano aseguró que es apócrifa
El Gobierno quedó envuelto en una polémica con la Iglesia luego de que el Vaticano denunciara que era "falsa" una carta difundida por la Presidencia de la Nación con un mensaje del papa Francisco a Cristina Kirchner por el nuevo aniversario del 25 de Mayo, mientras desde la Casa Rosada se responsabilizó por el episodio a la Nunciatura Apostólica.

Al comparar dos textos que recibió la jefa de Estado a través de la Nunciatura -el primero fue el 8 de octubre pasado, y se dio a conocer al día siguiente; y el segundo ayer-, se pueden observar similitudes así como también varias diferencias, a simple vista bien marcadas. Antes, en junio, el Papa también le había acercado una carta a Cristina en respuesta a una misiva enviada por la Presidente, pero en esa ocasión tenía el sello del Vaticano.

En la carta que circuló ayer, que tiene un membrete de la Nunciatura Apostólica de Buenos Aires y está firmada desde el Vaticano, el Papa le expresaba a Cristina Kirchner que rezaba para que el país encontrara "caminos de convivencia pacífica", ante un nuevo aniversario del 25 de Mayo.

La nota tenía fecha del 15 de mayo pasado, el mismo día en que la mandataria había recibido en la Quinta de Olivos a la cúpula de la Iglesia, luego de los cruces surgidos por el documento que emitieron los obispos, en el que señalaron que el país estaba "enfermo de violencia".

"Cristina: me es grato hacerte llegar mi saludo y cercanía con motivo de la fiesta nacional junto con mi más sentida felicitación a todos los argentinos", indicaba el Sumo Pontífice en la nota, de estilo relajado, en la que tuteaba a la Presidente.

Y señalaba, a continuación, que rezaba "al Señor, por intercesión de María Santísima de Luján, para que (los argentinos) encuentren caminos de convivencia pacífica, de diálogo constructivo y mutua colaboración, y crezca así por doquier la solidaridad, la concordia y la justicia". La nota finalizaba con la expresión "cordialmente, Francisco".

En las dos primeras misivas, las que efectivamente hizo llegar la autoridad máxima de la Iglesia católica -a fines de junio y en octubre, el Papa trataba de usted a la jefa de Estado. Además, ambas habían sido redactadas en minúscula, mientras que en el texto de ayer estaba íntegramente escrito en mayúscula.

La nota del 8 de octubre de 2013 no presentaban número de la carta, como sí sucedió en el texto que resultó ser falso, y tenía el sello de la Nunciatura Apostólica, algo que no ocurrió con la misiva de ayer.

La firma del Sumo Pontífice es otra de las diferencias que sobresale al comparar ambos textos. En el primer caso, figura un "Francisco, P.P.", mientras que en la conocida ayer, finaliza con un simple "Francisco". En la carta fechada el 25 de junio y con el sello del Vaticano la rubrica también era diferente, lucía en manuscrito, tal como figura en su cuenta de Twitter.

Errores de ortografía en las dos primeras cartas no se observaron mientras que en la última aparece mal escrita la palabra intercesión.

En tanto, para los conocedores de Jorge Bergoglio desde que estaba al frente del Arzobispado de Buenos Aires el dato más llamativo de la carta apócrifa fue la bendición final. Fue precisamente esa forma de cerrar el texto la que despertó las dudas de quienes eran muy cercanos del Papa en Buenos Aires lo que los llevó a confirmar con el Vaticano la veracidad de la misiva.

En la nota de octubre, Francisco le escribió a la Presidente: "Que Jesús la bendiga y la Virgen Santa la cuide", un deseo "que comúnmente utiliza el Santo Padre en todas las ocasiones", recordaron a Infobae los que estuvieron a su lado durante años. Ese mensaje también aparece en la primera misiva, la de junio. En el caso del texto falso, no figura ninguna salutación final.

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