“Diálogo interreligioso, fundamental en el Medio Oriente”

“Diálogo interreligioso, fundamental en el Medio Oriente”

Entrevista con el arzobispo Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico de del Patriarcado latino Jerusalén, sobre la visita de Donald Trump a Arabia Saudita e Israel

Por ANDREA TORNIELLI

 

Haber comprendido que le diálogo entre las religiones es una pieza fundamental en el mosaico del Medio Oriente «es un paso importante y positivo». El arzobispo Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico del PatriarcadoLatino de Jerusalén, comentó con el periódico italiano «La Stampa» el discurso del presidente de los Estados Unidos en Raid. 

 

Trump volvió a lanzar el dialogo entre musulmanes, hebreos y cristianos para resolver el drama que vive el Medio Oriente. ¿Qué le parece? 

 

Que la política haya comprendido que el diálogo intrerreligioso es una pieza importante del mosaico del Medio Oriente es un paso importante y positivo. El elemento religioso en el pasado no era considerado, porque se creía que era elemento de división. En parte, desgraciadamente, es cierto, pero por ello también es significativo incluir el contexto religioso, aunque todo se vuelva más difícil. 

 

¿Hay posibilidades concretas? 

 

Hay que evitar reducir el dialogo interreligioso a declaraciones-consignas sobre la paz, que no tocan la vida real. Desgraciadamente, a menudo acaba así. Y es necesario que todos los líderes religiosos sepan interrogarse sobre sus responsabilidades en la creación de una mentalidad de respeto recíproco. En este contexto, la alianza con las naciones árabes-musulmanas en contra del terrorismo no puede afrontar su precisa y específica responsabilidad de hacer algo realmente, de preguntar y de preguntarse cómo y de donde nace el fundamentalismo que está contaminando las naciones. Si el diálogo interreligioso no se interroga sobre la vida real de los propios fieles y de los problemas concretos, se convierte en un eslogan, que no es necesario y, es más, se vuelve irritante. 

 

Con el viaje a Arabia Saudita Trump identificó en el mundo sunita el interlocutor más adecuado para este diálogo. ¿Por qué esta decisión? 

 

El mundo sunita constituye casi el 80% del mundo musulmán. Está claro que si que, si se quiere hablar con el mundo musulmán, hay que comenzar por ahí. Arabia Saudita, como se sabe, tiene una influencia extraordinaria en el mundo sunita, tanto porque los Lugares Santos principales se encuentran en su territorio, como porque con sus recursos económicos influye enormemente en todos los países del Medio Oriente. Sin embargo, creo que el motivo de la primera visita a ese país tiene que ver, antes que nada, con los vínculos tradicionales y económicos que Estados Unidos tienen con Arabia y con el deseo, creo, de redefinir la política de la nueva administración estadounidense en el Medio Oriente. 

 

¿Los sauditas podrían jugar un papel en la solución del conflicto entre israelíes y palestinos y en la antigua cuestión de Jerusalén? 

 

Espero que sí. Teniendo en cuenta su fuerte influencia en el mundo árabe, los sauditas podrían jugar un papel importante en la pacificación entre los países árabes e Israel. La solución al conflicto entre israelíes y palestinos, de hecho, no se agota solo dentro las fronteras de los dos países, sino que exige un enfoque mucho más amplio; basta recordar la cuestión de los prófugos palestinos, por ejemplo. Pero, al mismo tiempo, toto esto se queda bloqueado si no se identifican, contemporáneamente, soluciones concretas entre israelíes y palestinos, que en este momento no me parece ver en el horizonte. Espero estar equivocado. 

 

¿Es una novedad que un presidente estadounidense visite los Lugares Santos cristianos? 

 

En el pasado Bush visitó Cafarnaum, Obama la Basílica de Belén y ahora Trump el Santo Sepulcro. Que un presidente visite un lugar santo no es ninguna novedad. Normalmente se prefería entrar en el Santo Sepulcro, por las complicaciones políticas. Su determinación de querer ir de cualquier manera es positiva. Veremos cómo evoluciona en el futuro. 

 

La Comisión Justicia y Paz de los obispos de la Tierra Santa recordó que «la situación política en Israel y Palestina está lejos de ser normal». ¿Qué significado tiene esta postura? 

 

Creo que la comisión quiere llamar la atención de todos sobre la cuestión de Jerusalén para que no se acepte inconscientemente la política de los hechos consumados. Como Iglesias cristianas, como sea, debemos comprometernos más para hablar de la Jerusalén cristiana y ser capaces de un discurso actual en el sentido de nuestra presencia aquí como cristianos y para expresar por qué la Jerusalén terrestre todavía es importante para nosotros y para nuestra fe de hoy. Es el desafío que nos espera en los próximos años. 

 

¿Qué espera del encuentro entre Trump y el Papa? 

 

Espero que haya declaraciones y compromisos para trabajar juntos y que puedan identificar las prioridades sobre las que habrá que trabajar en los próximos años. 

Comentá la nota