Detectan problemas de vulnerabilidad en el nuevo sistema de voto electrónico

Detectan problemas de vulnerabilidad en el nuevo sistema de voto electrónico

Crean una nueva categoría: voto no leído por motivos técnicos. Ayer denunciaron falencias en el sistema.

Mañana hará su debut estelar en la política porteña el voto electrónico, un sistema querecibe críticas y elogios por doquier. Algunos de los detractores apuntan a cuestiones filosóficas, y otros se quedan en lo técnico: el mecanismo podría ser fácilmente vulnerado.

Nadie, por ahora, asegura que los flancos débiles del sistema abran la puerta para un fraude; en todo caso, las dudas podrían afectar el escrutinio provisorio.

Según especialistas, con una pila AA, un flash de una cámara de fotos descartable y un cable que haga de antena se puede construir un artefacto casero que a apenas unos 20 centímetros de distancia pueda dañar los chips de las nuevas boletas. Otros creen que con un imán no muy grande también. Así, el chip dejaría de funcionar, generando dos problemas: si es antes de la votación, la máquina, al no poder leerlo, no permite votar (se puede cambiar la boleta hasta que funcione); si es después, la máquina no puede contar esa boleta en el escrutinio.

Dado el diseño del sistema, el voto no se puede cargar a mano, por lo que se creó una nueva categoría: “Voto no leído por motivos técnicos”. Para el escrutinio definitivo será tenido en cuenta, pero no en el provisorio. En elecciones ajustadas, la diferencia podría ser motivo de conflictos.

El chip que tiene la boleta, según especialistas, también puede ser leído por otros aparatos. Se llaman “chip de identificación por radiofrecuencia”. Javier Smaldone, especialista en sistemas, relató que ya se comprobó que una aplicación para celulares puede leer la información del chip con sólo pasar la boleta cerca del teléfono. Esto permitiría, da como ejemplo, que un puntero político confirme que una persona votó de la manera que él pretendía. Para peor, ayer el propio Smaldone difundió que un chip adulterado también podría permitir que se computen más votos de los reales, algo que no surgió en las auditorías que hizo la UBA.

Las máquinas, además, pueden romperse o sabotearse (con un chicle o con colillas de cigarrillos, como pasó en casos aislados en Salta). Hay máquinas de repuesto en todas las escuelas. ¿Y si se quedan sin repuestos? Desde la empresa MSA, que provee el sistema, sostienen que apenas el 1,22% de las máquinas falló en Salta.

Los defensores dicen que en todos los sistemas puede haber sabotajes, como el robo de boletas en el sistema tradicional. Los detractores sostienen que con este método “es más fácil hacerlo”.

Desde un aspecto más filosófico, fundaciones como Vía Libre o Poder Ciudadano plantearon sus objeciones. Que haya procedimientos que están ocultos a la vista del ciudadano siembra dudas sobre la certeza de la votación. El gobierno porteño y la empresa sostienen que la máquina es “una caja boba” que sólo imprime. Pero los especialistas insisten en que se trata de una computadora, que incluso tiene cuatro puertos USB y placa de red, innecesarios para una “caja boba”. Además, sostienen que son dos computadoras en una: la primera se encarga del sistema de votación, la segunda de la impresión y la lectograbación de los chips. Esa segunda computadora no habría sido auditada. Y eso podría, potencialmente, violar el secreto del sufragio. La identificación de las autoridades de mesa para manejar la máquina y los certificados para transmitir los resultados provisorios, según especialistas, también son vulnerables. De hecho, la semana pasada se filtraron los códigos con los que se iban a transmitir. Un hacker los podría utilizar para enviar datos falsos.

 

El nombre también es materia de debate

El sistema genera tantos debates que incluso tampoco hay coincidencias en si se trata de “voto electrónico” o “boleta electrónica”. Desde el gobierno porteño insisten con la segunda opción, y explican que la máquina sólo imprime el voto.

La empresa MSA, sin embargo, tiene patentado el mecanismo como “voto electrónico” y en las elecciones de Salta y de Ecuador, donde también es prestadora del servicio, se conoce de la misma manera.

El problema en la Ciudad es que la Legislatura aprobó la introducción del sistema de Boleta Única, como el de Santa Fe o Córdoba. La ley electoral establece que para incorporar tecnología se requiere el voto de una mayoría especial de diputados. El gobierno se defiende diciendo que esto no es voto electrónico sino una boleta única que se imprime de una máquina.

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