Desapercibido gesto de Francisco con Paraguay

Desapercibido gesto de Francisco con Paraguay

La presencia del cardenal argentino Héctor Villalba como enviado especial del Papa en el 50 aniversario de la diócesis de Caacupé marca un nuevo hito en la relación de Francisco con Paraguay.

Por Federico Wals

El gesto, a simple vista una mera designación protocolar para un evento eclesial como tantos otros alrededor del mundo, tiene implicancias mas profundas y con una fuerte carga simbólica que no deberían ser dejadas de lado al momento de dimensionar lo que significa la visita del cardenal Villalba.

Parafraseando a George Orwell en Rebelión en la Granja, diría que “todos los cardenales son iguales pero algunos mas iguales que otros”. Es decir, la visita de cualquier otro cardenal hubiera sido importante pero siendo Villalba, vale la pena detenerse en su figura y el vínculo con Bergoglio, quien no oculta su afecto y cariño hacia todo lo relacionado con la tierra de los guaraníes y los jesuitas y decidió que su representante en la ceremonia de clausura fuera alguien cercano a él.

De su trayectoria vale destacar dos momentos: Bergoglio, al ser ordenado obispo auxiliar de Buenos Aires en 1992, reemplazó a monseñor Villalba, por entonces trasladado como obispo de San Martín, diócesis del Gran Buenos Aires con una población estimada de 800 mil habitantes. El otro dato no menor es que fue vicepresidente de la Conferencia Episcopal Argentina en los dos períodos en que el cardenal Bergoglio era presidente. Se conocen. Y bien.

Padre y Pastor por sobre todo con amplio reconocimiento en los lugares donde estuvo y de profundo compromiso social, a sus 82 años Villalba nunca tuvo las ínfulas que ciertos títulos como el ser obispo o cardenal le traen aparejados a ciertos poseedores. Todo lo contrario. Sabiendo de su humildad, fue el propio Francisco quien le regaló la ropa propia de los cardenales el día en que se llevó a cabo la celebración en el Vaticano. De hecho reside en la parroquia de San Martín de Porres en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Allí celebra misa y dedica buena parte del día a confesar y ofrecer acompañamiento espiritual.

He aquí la clave: el enviado papal es en sí mismo ejemplo de pastor y humildad al servicio de los demás. “Quien no vive para servir, no sirve para vivir” suele repetir el Papa Francisco. Y esto es lo que él pretende transmitir con este gesto hacia el país: ser servidores de los que menos tienen y de los que mas necesitan sin importar el cargo que cada uno tenga o la función que ejerza

Indudablemente Villalba ejercerá con su habitual discreción, la tarea que le corresponde como cardenal: ser los ojos y los oídos del Santo Padre. No fueron ni son tiempos fáciles para la CEP ni para el gobierno, que da muestras de sintonía con el Vaticano. Para ambos, la visita de Villalba puede tener implicancias mas allá del 8 de diciembre. Y en este nuevo tiempo, la Iglesia es la que marca el rumbo de la historia de la mano del liderazgo de Francisco.

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