Custodio de Tierra Santa: Ante el miedo y la violencia la Navidad nos ofrece una esperanza mayor

Custodio de Tierra Santa: Ante el miedo y la violencia la Navidad nos ofrece una esperanza mayor

“En Siria, en Irak, en Tierra Santa, tanto en Oriente como en Occidente, parece que la fuerza de la violencia es la única voz posible para contrarrestar la violencia que nos domina. Esperar la Navidad en estas condiciones interroga nuestra fe y provoca la necesidad de una esperanza mayor”, señala el padre Pierbattista Pizzaballa OFM, Custodio de Tierra Santa, en su mensaje de Navidad.

“En Siria, en Irak, en Tierra Santa, tanto en Oriente como en Occidente, parece que la fuerza de la violencia es la única voz posible para contrarrestar la violencia que nos domina. Esperar la Navidad en estas condiciones interroga nuestra fe y provoca la necesidad de una esperanza mayor”, señala el padre Pierbattista Pizzaballa OFM, Custodio de Tierra Santa, en su mensaje de Navidad. 

“Estamos viviendo un tiempo arduo en el que la sucesión de tragedias y violencia nos colmaron de miedos”, indica el Custodio en su mensaje y añade: “El miedo parece dictar nuestro comportamiento, incluso en las pequeñas acciones cotidianas. Pero, sobre todo, tenemos miedo del prójimo, como si hubiéramos perdido el valor de creer en él. No confiamos ya y somos tentados a encerrarnos en nuestro pequeño mundo. Tenemos miedo del musulmán, del judío, del oriental o del occidental, según donde nos encontremos. El enemigo es “el otro”; pensamos que “los otros” están contra nosotros, que nos amenazan y arruinan la esperanza de un mundo seguro, de un futuro mejor”. 

El padre Pizzaballa relata cómo estos sentimientos de miedo los acompañaron durante las distintas ceremonias, de las que participó con motivo de la Navidad, el encendido del árbol de Navidad y la bendición de los pesebres. “Con frecuencia, dice el Custodio, durante la celebración de las fiestas, sentíamos cerca las sirenas de alarma, signo cierto de enfrentamientos y desórdenes. Clara muestra de un sentido de inadecuación con respecto a la situación. Nos parecía estar fuera del tiempo y de la historia”, explicó. 

“Pero no es así, subrayó, el Evangelio nos dice que la plenitud del tiempo se cumplió en un tiempo difícil. La Navidad nos dice que Dios ama la vida, que Él mismo es la vida. Y esta verdad es el motivo definitivo y bueno para estar en esta tierra. Porque es tiempo de buscar motivaciones auténticas, razones últimas para seguir viviendo y esperando. Razones y motivaciones que perduren, que sostengan, que no sufran las fluctuantes fases de nuestras angustias, o de nuestras euforias, que tengan el sabor de la medida justa, de un horizonte real. Es tiempo de buscar preguntas y respuestas, orientaciones, de reencontrar el Oriente”. 

“Y este Oriente es Cristo, Hombre y Dios. La Navidad nos atrae, por tanto, a este Oriente”. 

“La Navidad nos dice que nuestra vida es el Adviento, que caminamos hacia un futuro, quizá dramático, difícil, pero en el que ciertamente nos encontraremos con Él. 

Por último el Custodio invitó a los fieles de Tierra Santa a caminar “hacia el encuentro”. 

“El deseo de este año, concluye el Mensaje del Custodio de Tierra Santa, es el de recorrer con confianza este camino, abierto en el desierto de tantas vidas nuestras, hacia este futuro bueno que tiene un solo rostro: el de la misericordia del Padre, que nos espera siempre, con fidelidad, incluso hoy. Feliz Navidad”.+

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