Los curas villeros salen a responder las críticas y reclaman terminar con "los muros y las grietas"

Los curas villeros salen a responder las críticas y reclaman terminar con

En un fuerte documento, destacan su opción por los pobres y la tarea que realizan junto a las organizaciones sociales.

Los curas villeros se sumaron a la polémica que se armó en torno al vínculo de la Iglesia Católica con los pobres y al rol de las organizaciones sociales en cercanías del Papa Francisco. "Con cierta perplejidad en este último tiempo leemos o escuchamos que la Iglesia en general, y en especial el Papa, no quieren que los pobres dejen de ser pobres, porque de esta manera se perdería lugar de influencia. Por eso nos ha parecido conveniente decir una palabra pública desde nuestro lugar, desde nuestra mirada", arranca el documento que firma el equipo de sacerdotes de villas de Capital y provincia de Buenos Aires, entre los que se destacan el padre José María "Pepe" Di Paola y los obispos Gustavo Carrara y Jorge García Cuerva.

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Una de las principales críticas a las que hacen referencia los curas villeros, en forma implícita, fue a la columna que Jorge Fernández Díaz publicó el domingo pasado en el diario La Nación, donde cuestionó el "populismo religioso" del Papa y puso su análisis en sintonía con un libro de Juan José Sebreli, donde se plantea que "Bergoglio es un conservador popular y que sus apóstoles no encuentran en la pobreza una carencia sino una virtud".

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Los curas villeros aseguran en su documento que los pobres "de nuestros barrios tienen el anhelo de que su familia viva bien. Por eso, para dar un ejemplo nomás, han pasado de la chapa y la madera a los ladrillos y la loza, para así darles un futuro mejor a sus hijos y nietos". En ese sentido, "creemos que las reflexiones que se hacen sobre los pobres y las organizaciones que intentan organizar comunidades y superar la pobreza deben hacerse desde el conocimiento, la cercanía, el amor a los pobres, pero sobre todo, desde una profunda conciencia de igualdad. Porque, si no, esas reflexiones contribuyen a levantar muros y a cavar grietas. Los muros y las grietas, que son el signo de nuestro tiempo comienzan en la mirada de creerse distinto, de no reconocerse iguales, hermanos", sostienen los curas villeros.

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Es que Fernández Díaz planteó en su columna dominical que "la prédica del Papa no reconoce el Estado de bienestar de las democracias republicanas; en consecuencia, sus relaciones no se arman en torno a partidos políticos, sino a organizaciones sociales, cuya consigna es 'imitar al pobre' y cuya especialidad consiste en gerenciar la dádiva. Ni los diversos marxismos, ni cualquiera de los liberalismos posibles son afines a esa ocurrencia de fondo: ambos pretenden razonablemente resolver un problema económico con la economía. A esta nueva concepción eclesiástica, Sebreli la califica de 'utopía reaccionaria', negadora de la modernidad y prejuiciosa con el capitalismo de cualquier orden".

Un par de días antes de la columna de Fernández Díaz, el sociólogo y filósofo Marcos Novaro apuntó contra Juan Grabois, "asesor del Pontificio Consejo de Justicia y Paz en el Vaticano", por sus durísimas críticas contra Macri. El fundador de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular -hombre cercano a Francisco-, afirmó que "el vicio de Macri es la violencia", al señalar que el Presidente en los incidentes por la reforma previsional quiso "reafirmar su autoridad presidencial".

De hecho, ayer hubo otro comunicado, pero de la jerarquía eclesiástica argentina, donde un centenar de obispos salió a aclarar que los dirigentes sociales no pueden hablar en el país en nombre del papa Francisco, ni se le pueden atribuir al pontífice posiciones o acciones de los movimientos sociales. Allí señalaron que su "constante asociación" con dirigentes políticos y sociales "ha generado muchas confusiones y justificado lamentables tergiversaciones de su figura y sus palabras que llegan incluso a la injuria y la difamación". Esa declaración de la cúpula del Episcopado, que preside monseñor Oscar Ojea, se produjo en vísperas del viaje del Papa a Chile, donde habrá una gran presencia de los movimientos sociales argentinos.

Los curas villeros señalan en su documentos que "históricamente hemos pedido la presencia inteligente del Estado en los barrios populares y facilitado en lo que hemos podido su estar ahí. Hay dependencias del Estado que están junto a nuestras capillas. Es el Estado el que tiene en sus manos las mejores herramientas para esta integración social y urbana, que nuestros vecinos anhelan. Y uno de los caminos concretos es la generación de trabajo para los sectores populares. Donde el Estado no está inteligentemente presente, aparecen las organizaciones criminales que principalmente afectan la vida concreta de los vecinos de nuestros barrios", alertan los curas villeros.

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