"Hay una cultura mundial del descarte que está creciendo"

Monseñor Léon Kalenga Badikebele es el flamante representante del Papa Francisco en Argentina. Vino a Mar del Plata invitado por el Obispo Gabriel Mestre, habló de la crisis en Venezuela y manifestó la preocupación del Vaticano por el aumento de la pobreza en el mundo.

Por: Augusto Taglioni.

Léon Kalenga Badikebele nació en Congo en 1956 y es sacerdote desde 1982. Desde entonces, realizó una extensa carrera religiosa se incorporó al Servicio Diplomático de Ciudad Vaticano y fue funcionario en las Nunciaturas Apostólicas en Haití, Guatemala, Zambia, Brasil, Egipto y Japón. Actualmente, con Francisco en la Santa Sede, es arzobispo titular de Magneto y fue designado como nuncio apostólico en Argentina.

De esta manera, y en el marco de su visita a la ciudad de Mar del Plata, Badikebele conversó con 0223 sobre los objetivos de su llegada la ciudad, el significado de representa al Papa en su país natal y la preocupación de la Iglesia Católica por la crisis en Venezuela y el aumento de la pobreza en el mundo. 

-¿Cuál es el objetivo de su visita a Mar del Plata?

-Es parte de la misión de un nuncio en representación de un Santo Padre. Tiene una doble función, representar al Papa ante un gobierno y ante el Estado y la segunda cosa es que el nuncio representa al Papa ante la Iglesia local. Dentro de mis tareas está visitar y animar las diócesis, reunirme con obispos, presbíteros, diáconos y entrar en contacto con todo el pueblo santo, recibir el calor y los abrazos. Además, el buen Obispo Gabriel Mestre hace mucho que me está invitando.

-¿Mestre le comentó las problemáticas de la ciudad?

-Sí, está muy ocupado. La tarea de un Obispo no es fácil pero, afortunadamente, el padre Luis que es el bicario general lo acompaña. En ese sentido, encontré un clima de unidad. Vi una ciudad muy unida, tanto dentro como fuera de la Iglesia. Mar del Plata es una ciudad hermosa pero además, muy limpia, eso me impactó mucho. También es una ciudad que saluda al mar. Durante todo el mes de enero estuve llamando a las autoridades que están en Buenos Aires, estaban todos acá (risas)... ahora entiendo.

-En Argentina se habla mucho de Francisco. Lo admiran pero también lo critican y le reclaman, por ejemplo, que venga al país. Teniendo en cuenta esa intensidad con la que vivimos todo, ¿es un problema representarlo institucionalmente?

-Es un privilegio representar a un Papa en su nación de origen y como tal, contempla desafíos. Argentina tiene una mentalidad futbolera, hay conflictos en las familias con uno que es de San Lorenzo, otro que es de Boca, y en otros campos como en la política también se expresa eso. Lo que me gusta de su pueblo es que es abierto en donde cada uno dice lo que piensa, tal vez, dos personas piensan diferente sobre un mismo asunto pero no por eso se deja de dialogar.

-Usted viene de El Salvador y Belice y estuvo en muchos países de centroamérica y Africa, ¿Cuánto se ve de la cultura del descarte de la que habla Francisco?

-Hay una cultura mundial del descarte. Cuando el Papa habla, no lo hace solo para Argentina o El Salvador sino para todo el mundo, es el padre común de toda la humanidad. Cuando habla de paz, es en Siria, Africa o América Latina. Cuando habla de migrantes es igual, el problema es que esa cultura del descarte está creciendo, crece el número de pobres. Caritas en Europa está muy preocupada por el aumento de la cantidad de personas que se alimentan en comedores. ¿Qué quiere decir esto? Que hay familias enteras que no pueden comer, entonces, la riqueza del mundo está en las manos de pocas personas mientras el volumen de los pobres aumentan, la gente tiene problemas para llegar a fin de mes y por eso el Papa es como la voz de Juan Bautista, no puede callarse, es un faro, un hombre que tiene que evitar conflictos y buscar la paz y la convivencia. Por eso, no es un Papa solo de los católicos y tener a Francisco en estos días es muy importante. 

-¿Preocupa la crisis en Venezuela?

-Francisco está muy preocupado por la situación en Venezuela. Él resuelve los problemas con la oración, él está presente en cada inundación, crisis y accidente. Él siempre está. Lo que pasa que en Venezuela preocupa también porque el Vaticano tiene la vocación y el compromiso de hacer todos los esfuerzos para evitar la guerra. En una guerra, como decía Juan Pablo II, pierden todos.

-¿Francisco puede ser un mediador de ese conflicto?

-Eso no lo sé. El Vaticano está predispuesto a mediar si las partes lo desean. 

-¿Cómo analizan desde la Iglesia Católica el avance de sectores evangelista, por ejemplo en Brasil? ¿Lo ven como un riesgo?

-Respecto de Brasil no lo sé, soy Nuncio en Argentina. El Vaticano analiza todo, pero voy a poder responder mejor después de una año cuando tenga una visión mas global de la situación. 

-El papado de Francisco abrió la puerta al máximo poder "Cardenales periféricos". ¿Imagina un Papa de África en el futuro?

-El futuro es de Dios. Francisco mismo dijo en una de sus primeras entrevistas que su elección fue una sorpresa. Cuando él llegó a Roma pensaba volver a Buenos Aires luego del cónclave, y se terminó quedando. Esos son los planes de Dios, el futuro lo dejamos en sus manos. De todas formas, en el Concilio Vaticano II la Iglesia se abrió y la curia se internacionalizó, no tenemos los problemas de antes. Ese el camino de la iglesia, es universal, sea un Papa africano mañana u otro de Asia. Los cardenales son de todo el mundo, eso es positivo. Lo que es importante es que el Papa es argentino y quiero que el pueblo argentino tome conciencia de eso, ame al Papa, lo defienda y promueva su mensaje a la humanidad. 

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