Si faltaba algún condimento en la interminable novela sobre cuando el Papa Francisco vendrá a la Argentina, esta semana el obispo chileno Galo Fernández le agregó un nuevo capítulo a la visita que ilusiona a gran parte de la grey católica. "Empieza a darse cuenta de que las condiciones para ir, sobre todo a Argentina, todavía no se ven claras. Así que él mismo ha estado empezando a postular una nueva idea, que es armar un viaje Perú-Chile", disparó quien fuera nombrado Obispo Auxiliar de Santiago de Chile por Francisco el 1 de febrero de 2014.

Y junto con la polémica estallaron los cuestionamientos y justificaciones: ¿Porque el Papa no nos quiere? ¿No viene por qué es año de elecciones? ¿O porque no lo quiere al presidente Macri? Seguramente sabe que lo van a usar. ¡Cómo va a venir si el país está en llamas! …  De uno u otro lado y según con quien se hable, las posibles respuestas se multiplican exponencialmente, perjudicando -innecesariamente- la percepción que los argentinos tienen del Santo Padre.

Ciertamente no es mi intención poner en duda la investidura de Galo Fernández pero en ningún momento dice claramente que el Papa le haya pedido que transmita al pueblo argentino que no vendrá en el 2018, por eso me pregunto: ¿Interpretó correctamente las palabras del Papa? Es mas, Galo Fernández contó que en principio el itinerario del viaje sería Argentina, Uruguay y Chile aunque también se piensa en Chile con Perú, separándola de Argentina y Uruguay. ¿No será que esta última posibilidad tiene como objetivo poner sobre la mesa  el dilatado conflicto entre Chile y Perú por su límite fronterizo? Es posible. Incluso la salida al mar para Bolivia es un tema que Francisco apoya en distintos grupos de trabajo, uno de ellos con sede en Buenos Aires.

Si el Papa dijo que “las condiciones para ir, sobre todo a Argentina, todavía no se ven claras” no es una cancelación rotunda no sólo porque no lo dice expresamente sino porque oficialmente el Vaticano no emitió ningún comentario al respecto.

 “Ustedes no saben cuánto me gustaría volver a verlos. Y tampoco podre hacerlo el año próximo (por el 2017) porque ya hay compromisos fijados para Asia y África; el mundo es mas grande que Argentina y hay que dividirse. Dejo en manos del Señor que El me indique la fecha”, dijo el Papa, a los argentinos el pasado septiembre en un videomensaje.

Sin necesidad de voceros para expresar sus sentimientos por el país, agregó: “Para mi el pueblo argentino es mi pueblo. Ustedes son importante. Yo sigo siendo argentino.” Esta definición de boca de Francisco es mas que suficiente para desterrar los comentarios que en nuestro país hablan de la famosa “grieta”, que Su Santidad profundizaría no viniendo.