Por la crisis, se hundieron las importaciones y hubo saldo comercial positivo

Por la crisis, se hundieron las importaciones y hubo saldo comercial positivo

Rojo productivo: las compras de maquinaria cayeron 41% y las ventas industriales, 24,3%

 

Gracias a la profunda recesión, la balanza comercial de enero mostró un superávit de u$s372 millones. Fue el quinto saldo positivo consecutivo pero se desaceleró respecto de diciembre, cuando alcanzó los u$s1.369 millones. El balance que publicó ayer el Indec refleja el impacto de la crisis en el comercio exterior: las importaciones se hundieron 26,5% interanual y las exportaciones, pese a la megadevaluación de 2018, cayeron 4,7%. Además, se desplomaron las compras de bienes de capital y las ventas de manufacturas industriales.

En enero, el intercambio comercial argentino volvió a achicarse. Totalizó u$s8.800 millones, es decir, 16,6% menos que un año atrás. Las importaciones sumaron u$s4.214 millones, lo que marcó un derrumbe del 26,5% interanual pero una leve mejora desestacionalizada del 0,7% contra diciembre que sugiere que las compras externas habrían tocado un piso en sintonía con la pax cambiaria. Entonces, la desaceleración del superávit se explica por el retroceso del 6,3% mensual sin estacionalidad de las exportaciones, que alcanzaron los u$s4.586 millones.

"Detrás del superávit está la combinación de recesión (se requieren menos insumos para producir acá), pérdida de poder adquisitivo (menos consumo, de bienes importados también) y devaluación (lo importado es más caro), que derrumbaron el volumen de importaciones", destacó el director de Epyca, Martín Kalos. De hecho, hasta el comienzo de la corrida cambiaria de 2018, el rojo comercial acumulaba más de u$s10.000 millones anual. A partir de ahí, el déficit se revirtió a fuerza de un leve repunte de las ventas al exterior (aunque cayeron en enero) y, fundamentalmente, de un desplome de las compras. Ahora, el rojo acumulado es de u$s2.522 millones.

Rojo productivo

El informe de enero arrojó datos preocupantes para el sector productivo y, particularmente, para el manufacturero. Dentro de la caída de las importaciones, se destacó el desplome del 41% interanual de las compras de bienes de capital (maquinaria y equipos para la producción), que reflejaron la continuidad del declive de la inversión y la gran capacidad ociosa de la industria que roza el 45%. También hubo fuertes retrocesos en las compras de autos (57,1%) y bienes de consumo (34,4%), que dieron cuenta del deterioro de los ingresos.

Además, la caída de las exportaciones fue traccionada por las ventas de manufacturas de origen industrial, que cayeron 24,3% en línea con el derrape de la producción. En contraste, las ventas de productos primarios crecieron 12,6% y las de manufacturas de origen agropecuario, 6,5%, y concentraron el 68,3% de lo exportado.

Perspectivas

Para los próximos meses, los analistas esperan una mejora de las ventas externas con la llegada de la cosecha. "La mejora de la actual cosecha agrícola respecto de la campaña anterior (afectada por una severa sequía) parece un hecho consumado, por lo que las exportaciones retomarían la senda expansiva en los próximos meses", destacó Ecolatina. En esa línea, Abeceb estimó que sólo los cereales y las oleaginosas le sumarán 6% a las exportaciones, mientras que "la dinámica de las importaciones seguirá en vuelo bajo por la depreciación cambiaria y el contexto recesivo".

"Con un tipo de cambio real cercano a los niveles actuales y una actividad económica con escaso dinamismo para los próximos meses, esperamos que las cantidades importadas continúen su dinámica actual. De todas formas, la clave para 2019 pasará por el comportamiento del volumen exportado", analizaron desde ACM.

Con ese panorama, las consultoras esperan que el año termine con superávit comercial. Un saldo positivo impulsado por la crisis y no por el crecimiento. Para Abeceb, será de u$s8.500 millones. Ecolatina, que recortó su proyección tras el dato de enero, espera u$s6.000 millones.

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