“Se usó el convento como un lugar de defensa”, admitió Radrizzani

“Se usó el convento como un lugar de defensa”, admitió Radrizzani

El arzobispo de Mercedes Luján reconoció que esto perjudica a la Iglesia, aunque no tomará ninguna medida. "Si vos conocieras a las hermanas, se te va cualquier duda", afirmó.

El monseñor Agustín Radrizzani, a cargo del Arzobispado Mercedes Luján del cual depende el Monasterio de la orden de las Monjas Orantes y Penitentes de Nuestra Señora de Fátima, concedió una entrevista a la radio LU5 de Neuquén, en la cual afirmó que estar consternado "ante estos acontecimientos porque se ha utilizado el convento de las hermanas como un lugar de defensa".

En cuanto al control ejercido sobre el Monasterio, Radrizzani reconoció que "quizás Buenos Aires y Córdoba estén más organizados que esta diócesis de la periferia". En tal sentido, aseguró que no tenían porqué informarle a él las visitas al Monasterio. "Las visitas, de la misma manera que a una parroquia, no son controladas. Puede venir el presidente de Boca, de River, de Uruguay, un mendigo, un enfermo psiquiátrico. El convento no tiene porque informar", indicó. 

Igualmente, reconoció que sabía de las donaciones que recibía el Monasterio pero que no le pedían autorización para aceptarlas. "Hay cosas que me llegaron y otras que no me llegaron. Me dijo el monseñor Di Monte que ´con gran alegría que recibimos un utilitario en donación para las misiones´. Me lo comunicaron pero no me piden permiso".

También negó rotundamente tomar alguna medida tras este escándalo de corrupción. "No tengo porqué tomar ninguna medida. Si vos conocieras a las hermanas se te va cualquier duda. Una tiene 80 y otra 90…son tres viejitas que las sostenía la vida sacerdotal del monseñor Di Monte. Yo no tengo porqué tomar una medida. Ni apoyar, cerrar o modificar".

Por último, consultado si este caso de corrupción afecta a la Iglesia Católica, reconoció que la "salpica". "Cualquiera de estas cosas siempre algo nos salpica. Pero después, yo recuerdo que Juan Pablo II , el papa polaco, decía: ´me hablan de aquellos sacerdotes que a veces se han portado mal en sus comunidades, pero no hablan de los centenares de miles que están haciendo el bien´.  La Iglesia tiene cosas negativas, pero también son muchas más las positivas", finalizó.

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