Contaminación: un compromiso de todos

Contaminación: un compromiso de todos

Por Rabino Sergio Bergman

 

La contaminación de los ecosistemas marinos a causa de desechos plásticos, como bolsas, sorbetes y botellas, ha captado la atención de la comunidad nacional e internacional por tratarse del residuo más prevalente en océanos, mares, lagos y ríos. A diferencia de los residuos orgánicos, los plásticos pueden tardar decenas o cientos de años en degradarse, por lo que las ocho millones de toneladas de plástico desechadas en el océano cada año generan un efecto acumulativo muy serio, impactando no solo sobre la biodiversidad marina y la pesca sino incluso en actividades como el turismo.

La solución del problema es compleja, ya que ningún país tira sus residuos al mar adrede. El mal manejo de los residuos al interior de los países culmina en la acumulación de basura en el mar. Es por esto que desde el Estado impulsamos un cambio cultural para promover nuevos hábitos de producción y consumo, utilizando menos plástico, reciclando y promoviendo la innovación en un paradigma de economía circular. Hemos analizado la situación de base y trabajamos sobre cuatro ejes: la producción sustentable, el consumo responsable, la gestión de los residuos y la mitigación de la contaminación. Estas líneas -en sintonía con los ODS de la ONU y otros compromisos internacionales asumidos por nuestro país- deben ser abordadas desde distintos niveles de acción, tanto municipales como provinciales, regionales y nacionales.

Es esencial que los plásticos sean usados con responsabilidad, reutilizados, reciclados y finalmente valorizados para reducir su efecto negativo en nuestro entorno natural. Ser sustentable es un compromiso de todos que se asume de a uno, por lo que resulta imprescindible que tomemos conciencia del impacto de nuestros hábitos de consumo en el ambiente.

Los cambios de hábito, sin embargo, requieren alternativas tecnológicas disponibles para embalar productos perecederos, transportar la producción de modo impermeable y envasar alimentos. Por ello, la inversión en innovación y el trabajo para desarrollar nuevos materiales es esencial. Los argentinos tenemos una gran tradición en materia de innovación y creatividad para adaptarnos a un mundo cambiante. En ese escenario, el problema de la basura marina nos interpela por su gravedad y visibilidad, así como por el potencial mercado para productos innovadores, biodegradables y reciclables capaces de aportar soluciones a este problema global.

(*) Secretario de Gobierno de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación

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