Entre los cambios de hábitos de los consumidores detectados en los últimos dos años y medio, uno de los más llamativos es la caída en la ingesta de leche, que pasó de 44 litros por año por habitante en 2015 a algo menos de 40 el último año.
Sin embargo, este consumo fue parcialmente desplazado por el de bebidas azucaradas (gaseosas y jugos para diluir y en polvo) en el caso de los niños, e infusiones (té, café, mate) en los adultos, que se mantuvieron e incluso crecieron en participación.
Ante el aumento de precio de los lácteos y la caída del poder adquisitivo, "muchos hogares desplazaron el consumo de leche por un "sustituto imperfecto", como son las gaseosas, infusiones y jugos, principalmente de segundas marcas", destaca un análisis de la consultora Focus Market. En tanto, según un informe realizado para la marca SodaStream, las bebidas azucaradas crecen en participación en la canasta de consumos de todos los niveles socioeconómicos. En el podio están los jugos en polvo (38%), seguidos por gaseosas (28%) y aguas saborizadas (19%).
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