El argentino Guillermo Karcher no es sólo el responsable de protocolo del Vaticano y uno de los colaboradores más cercanos del papa Francisco. También es un fanático de Boca y, como tal, mantiene cierta rivalidad con el hincha de San Lorenzo más famoso de la historia. 

"El resultado le arrancó una sonrisa. Se puso contento esta mañana en medio de tanto drama por la inmigración" contó esta mañana el funcionario eclesiástico. 

El periodista Luis Novaresio le preguntó en su programa de radio La Red si el Papa le dedicó alguna broma por el resultado. Karcher reconoció que no hizo falta: "Él es muy respetuoso, pero con la sonrisa me dijo todo. 'Ay, ay ay, perdió mi Boquita', le dije y él se reía". 

Ya en referencia a temas más serios, el responsable del protocolo papal habló del llamado que Francisco hizo para que las parroquias de toda Europa reciban una familia de refugiados: "Esta mañana lo primero que charlamos fue sobre este llamamiento que hizo para que se ocupe de la masa inmensa de gente que está llegando por las diferentes fronteras por situaciones de guerra y hambre". 

Karcher recordó además que el ex arzobispo de Buenos Aires fue uno de los primeros dirigentes internacionales en advertir sobre la dramática situación de los inmigrantes con sus viajes y encuentros con los refugiados de la isla italiana de Lampedusa. 

En las últimas semanas empezó a tomar fuerza la posibilidad de que el Papa resuelva aplazar el viaje a la Argentina que tenía previsto para 2016, cuando se cumplirá el bicentenario la Independencia. Karcher reconoció que todavía es una cuestión que "se está estudiando" por la apretada agenda papal, pero evitó descartarlo. 

"El único viaje confirmado en el programa es para Cracovia (Polonia) por el encuentro de la juventud. Después no hay nada más programado. Hay además que tener en cuenta este elemento nuevo que es el año santo, que comenzará el 8 de diciembre", recordó. La semana pasada, Francisco anunció el Año Santo de la Misericordia, que estará acompañado por la posibilidad de conceder el perdón a aquellas mujeres que se hayan realizado un aborto y se arrepientan por ello.