Claudio Goldman: “No era lo mismo hacer el juicio por encubrimiento con el kirchnerismo en el gobierno que sin él”

El sábado 6 de agosto se cumplió un año del inicio del juicio por encubrimiento que lo está llevando adelante el Tribunal Oral Federal Nº 2, integrado por Jorge Gorini, Karina Perilli y Néstor Costabel, y que se realiza todos los jueves a las 10 horas en la Sala AMIA de los tribunales de Comodoro Py.

Por este motivo, la CADENA JUDÍA DE INFORMACIÓN VIS A VIS dialogón en exclusiva con Claudio Goldman, director del programa de radio Emet y periodista comunitario especializado en la causa AMIA, quien actualmente está realizando la cobertura del juicio.

– Se cumplió un año del inició del juicio por encubrimiento, ¿qué evaluación haces? 

– El juicio casi que ni comenzó. Tenemos cuarenta y cuatro audiencias. Una audiencia por semana con dos testigos por audiencia, exagerando. El tribunal no parece tener ningún apuro de sacar el fallo. Es claro que no era lo mismo hacer este juicio con el kirchnerismo en el gobierno que sin él, eso todos los sabemos. Hasta el momento seguimos en aprontes, no hay nada demasiado claro. Lo que hay son acumulación de cosas que te indignan: que no vaya ningún dirigente de la AMIA/DAIA, a pesar de ser querellantes. Yo en su momento se lo pregunte a (Ariel) Cohen Sabban y me dijo que no querían aparecer en una foto los dirigentes comunitarios apoyando un juicio donde está imputado un exdirigente de la DAIA. Puede tener cierta lógica el argumento, pero Olga Degtiar, cuando se lo comenté, contestó con mucha lógica, también, que además de (Rubén) Beraja hay doce imputados más. Entonces, parece que a la AMIA y a la DAIA, los otros doce acusados tampoco les importa, a muchos de los cuales, la querella de las instituciones centrales de la comunidad sí acusó. Están sus abogados en el juicio.

Otra cosa que me indigna es que el expresidente de la Nación, (Carlos) Menem nunca se presentó, y la única vez que compareció para la indagatoria se negó a declarar por videoconferencia. Después (Hugo) Anzorreguy, que la primera vez estaba internado y luego alegó que no estaba en condiciones mentales de sostener un juicio. En ese momento los peritos lo refutaron y el TOF 2 lo rechazó. Es vergonzoso escuchar a los policías bonaerenses presentarse como “carmelitas descalzas” impolutas, inocentes y víctimas de todo. Cuando sabemos perfectamente quiénes eran. Pasan todos a quedar como testigos/querellantes se quejan y se víctimizan. La cuarta indignación es escuchar a los expolicías federales y después le sigue la no posibilidad de escuchar las declaraciones de los e agentes de la SIDE, a diferencia del juicio anterior. La línea argumental de los agentes tiene dos ejes: hicieron todo lo que pudieron o no se acuerdan, eso es igualmente indignante. La duda que me planteo es si eran o son, porque algunos continúan en ejercicio del cargo, totalmente ineficaces, inútiles o son parte del encubrimiento. No sé qué es peor, es mi duda. Así que el juicio, por ahora, está atravesando esta etapa de indignarnos por lo que sucede y por lo lento que actúa el tribunal.

– Entonces si el juicio nunca comenzó, como planteaste vos, hay más palos en la rueda y menos información clara y concisa de qué sucedió realmente…

– Eso depende quién lo ve. Es claro las presiones que hubo por parte del juzgado a los testigos, no es tan claro con respecto a los policías de cuánto dicen la verdad y qué tanto mienten. Hay otros testigos que afirman que hubo toda una maniobra para presionar a testigos y direccionarlos de acusar a los policía bonaerenses, en ese momento. Para lo acusadores, de algún modo, se va sustentado esa prueba. Con respectos a las defensas, hay testigos que en el juicio anterior dieron a entender o dijeron explícitamente que Galeano había direccionado, obstruido o que no les había dejado hacer algunas cosas y en este juicio no lo repiten. Ahí se genera una controversia interesante, desde el punto de vista del derecho, ya que el tribunal determinó que no se puede confrontar a los testigos que declararon en el juicio anterior con un testimonio actual. Sí declararon en instrucción de la causa sí lo pueden confrontar, pero lo que dijeron en el juicio anterior no lo pueden hacer por una cuestión legal. Eso es una traba importante para los acusadores y los defensores, también, y se pelean entre ellos. En definitiva, la verdad queda en el medio, ¿en qué momento mintieron?. En ese momento porque convenía desacreditar, en el caso de la exSIDE, a la Sala Patria para sostener la posición del desertor 85 de contrainteligencia de Stiuso, entonces dijeron cosas que eran mentira y ahora dicen la verdad. Algo similar a lo que sucedió con Wilson Dos Santos, ¿cuándo mintió y cuándo dijo la verdad? Cada una de las partes tamiza lo que le sirve de las declaraciones para sostener su posición, no están saliendo beneficiados los acusados, por ahora, pero la contundencia de las pruebas en su contra tampoco es tan terminante.

– ¿Cuál es la posición que llevan adelante las querella de AMIA/DAIA con respecto al juicio?

– La posición de AMIA/DAIA es anterior, incluso, ya desde la propia instrucción. Las dos instituciones se encontraron con un problema que fue la acusación a Beraja. Una cosa era cuando se hablaba de encubrimiento y otra cuando parte de los encubridores se encontraba un ex presidente de la representación política de la comunidad judía. AMIA y DAIA argumentan hasta el día de hoy y , con razón, que los primeros que hablaron de obstrucción de la justicia fueron ellos, cuando en 1997 presentaron una denuncia contra migraciones, funcionarios públicos y policía federal/bonaerense es un libro que fue prologado por cuatro juristas. Ellos impulsaron que se investigue a todos los que estaban encubriendo, pero el tema es que después esos palos en la rueda se direccionaron hacía Galeano y los fiscales, con los cuales ellos tenían una relación bastante íntima. Ahí estuvieron en una posición bastante ambivalente: en el juicio oral se retiraron del mismo cuando tribunal apartó a los fiscales Muellen y Barbacia en solidaridad con los juristas y volvieron en la etapa de los alegatos. En ese momento tuvieron varios cruces con el tribunal que fue muy duro contra AMIA/DAIA en la propia sentencia. Pero cuando quedó claro que el pago se había concretado se empezó a separar la paja del trigo.

Si lo que tenían que hablar era del pago, entonces acusó, si lo que tenemos que hablar es la maniobra para proteger a Kanoore Edul, acusó. Si tengo que hablar de que fue una maniobra inventada para acusar falsamente a los policías, ahí no me meto, y si acusan a Beraja de haber sido parte, menos todavía. Entonces la querella de la AMIA/DAIA, en la sub causa de Kanoore Edul acusa a todos, ahí actúa bien, y en la causa que tiene que ver con Telleldín y la acusación a los policías bonaerenses acusa a los que no podía no acusar. Los imputados que no tenían que ver con el pago, como es el caso de los fiscales, ahí no acusa. Ellos llegan al juicio como acusadores de algunos de los imputados.

– En su momento el expresidente Menem declaró que el tercer atentado terrorista fue contra el helicóptero que manejaba su hijo y acusó a Hezbollah. Pero tenía un secreto de Estado al ser un expresidente de la Nación. ¿Qué se sabe de este tema?

– Él efectivamente declaró, no el juicio oral, sino en la causa madre del atentado a la AMIA en el Senado de la Nación. Lo que se sabe es que fue una audiencia muy controvertida que generó que la defensa de Kanoore Edul denunciará, incluso, a los fiscales acusándolos de ser conniventes. En esa audiencia el expresidente se presentó con un escrito, el mismo que le había presentado al juez Villafuerte Ruzo, y después trató de hacer lo posible para no responder preguntas. Ese es un beneficio que tienen los imputados, no los testigos. En el caso de los senadores, puedes contestar por escrito, pero tienen que hacerlo. Aparentemente Menem venía retaceando las respuestas, encaminándose a que la armen una causa por falso testimonio. Según denunció Juan Labake, abogado de Kanoore Edul, que no me merece ni mi agrado y tampoco credibilidad, cuenta que en un momento dado los fiscales interrumpen el interrogatorio y le hacen saber al expresidente que así como venía declarando iba a ser acusado de falso testimonio. En un momento hacen salir del recinto a los abogados querellantes, y el tribunal se habría quedado a solas con Menem. Después de un cuarto intermedio, el expresidente de no querer responder, pasa a no recordar. El no recordar le da una especie de salvoconducto para zafar del falso testimonio.

Lo que comentó Labake es que los fiscales, puntualmente Roberto Salum, incluso había modificado la forma de preguntar. En vez de preguntar para que “diga si pasó determinada cosa..” empezó a interrogarlo para que “diga si recuerda si…”, como tendiéndole la mesa al expresidente para que diga: “no recuerdo”. En ese escrito que presentó Menem alega que la información se la proveyó Guido Di Tella, excanciller en la época menemista ya fallecido, y que a él se la proveyeron otras personas. La información concreta era que el atentado contra su hijo fue perpetrado por el grupo terrorista Hezbollah. Igualmente el peso específico de esa declaración es bastante relativo.

-Cuando comenzó el juicio por encubrimiento estaba el kirchnerimo, el Ministerio de Justicia tenía una gran plantilla de abogados que participaban activamente del juicio, y con la asunción del macrismo se supo que hubo un recorte del presupuesto y que muchos de ellos se fueron. ¿Qué posición tiene hoy el Ministerio?

– En realidad no cambió la forma del juicio, era lo que algunos temían. Algunas personas temían, y yo lo planteaba como una duda, en su momento. Claramente la Unidad Especial de Investigación del Atentado a la AMIA en el marco del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación tenía una impronta muy kirchnerista, en el anterior gobierno y el kirchnerismo estaba absolutamente convencido de la culpablidad de todos e iba por todos. Era clarísima cuál era su posición. La asunción del macrismo; la relación del actual presidente con la comunidad judía, con el “Fino” Palacios, eventualmente con Menem, generó está duda en algunos y temores en otros.

La realidad es que no cambió la postura. Hubo muchos abogados que se fueron por motus propio o porque la designación era política, y otros por un tema de recorte de presupuesto. Pero la posición del Ministerio de Justicia continúa igual. El Ministerio sostiene la postura porque así llegó al juicio, pero fuentes entre los acusadores admiten que hay algunas cosas con las que se llegó al juicio y se sustentó la imputación, que no creen que se puedan probar en el juicio y, tal vez, siquiera lleguen a acusar sin demasiada convicción.

– Mucho se habla de si la imputación Beraja es válida y por qué la comunidad judía no lo acusa…

– La imputación a Beraja tiene una impronta muy fuerte de intencionalidad política del gobierno anterior. Yo no estoy en condiciones de decir si el expresidente de DAIA es culpable o inocente de lo que se le imputa. Yo fui muy crítico, periodísticamente hablando, de Beraja cuando fue presidente de la representación política de la comunidad judía con el tema del Banco Mayo. Pero todavía estoy esperando de que me convenzan con pruebas de que hizo lo que dicen que hizo. Lo que no quita que, desde el kirchnerismo, hayan apuntado directamente a Beraja para poner a un judío como cómplice del encubrimiento y de la impunidad. Esto se remonta a los inicios del kirchnerismo, ya de declaraciones de Cristina Fernández cuando era Senadora, y después cuando asumió su esposo como presidente. Néstor Kirchner asumió el 25 de mayo, y el 18 de julio fue al acto por un nuevo aniversario del atentado; subió al escenario, lo aplaudieron, lo ovacionaron, le tocaban la mano. Yo recuerdo que proteste mucho con eso, porque parecía un acto peronista en la Federación de Box, y no un acto a 9 años del atentado a la AMIA, pero en ese momento había una especie de romance.

Al segundo aniversario ya comenzaron las críticas. Recuerdo que el expresidente, Néstor Kirchner, le dijo a la comunidad judía “ustedes reclámenle a Beraja”, como diciendo que los judíos le tenemos que reclamar al expresidente de DAIA y no a la Nación. También en su momento, Cristina Kirchner, ante críticas contra su marido, dijo que parte de la culpa de la impunidad se debía a que los familiares estaba divididos en varios grupos. Así que el tema de echarle la culpa a otros por el atentado vino desde el principio, y había una decisión fortísima del kircherismo de involucrar a la comunidad judía y, sobre todo, a Beraja como cómplices del encubrimiento. Así como hay un consenso mayoritario entre los familiares, también hay un consenso mayoritario corporativo entre las instituciones y los dirigentes por que es imposible que lo haya hecho. Esto no me parece un tema menor, no es tan fácil comprobar la imputación a Beraja, de hecho, no hay muchos antecedentes. La imputación al expresidente de DAIA se tomó del derecho británico, traspolándola en forma llamativa o novedosa al derecho argentino para imputarlo.

– ¿Qué cosas interesantes tendrá el juicio en esta nueva etapa?

– No se sabe si Jaime Stiuso va a declarar. Stiuso estaáacusado de encubridor, aunque podría decir, como lo hizo con los fiscales de la UFI-AMIA: “yo me niego a declarar porque cualquier cosa que diga corre riesgo de incriminarme”. Pueden llevarlo al juicio, que le hagan escuchar preguntas y decide qué contesta. Ahí Stiuso decide qué contestar y acomoda las cosas como quiere. La otra persona que no se sabe si va a declarar es Claudio Lifschitz, ex secretario de Galeano, que tiene una causa abierta que fue elevada a juicio oral que iba a comenzar, pero después el juez la postergó. En esa causa se lo acusa de violar secretos de Estado por haber revelado cosas que tuvo conocimiento a partir de la vinculación funcional de su cargo con la exSIDE, y además está denunciando cosas que vio. Entonces, en ese caso, él es cómplice. Galeano dice que el famoso video de Telleldín negociando con él me lo robó Lifschitz. Pero en este juicio, que está en discusión si prescribió el hecho de haber violado secretos de Estado, se le endosó la posibilidad de haber cometido espionaje, que tiene una pena mínima más alta que no estaría prescripta. El tribunal oral está esperando que la Cámara de Casación defina está situación de Lifschitz.

Otro show vamos a tener cuando declare la expresidenta de la Nación, Cristina Kirchner, que ella seguramente va a querer contestar a todo y se va a trenzar fuertemente con las defensas. Esa declaración, seguramente, va a estar llena de medios de comunicación, porque semana a semana no va nadie. Pero cuando declaren estás personas que nombré, seguramente que sí.  Hay muchas cosas ricas que pueden suceder en el futuro, lo que no sé es si va a ser rico para el show o para el juicio.

 – ¿Cómo es la posición de las querellas de los familiares?

– Más allá de que trabajen por separado, están en línea todas las querellas. Memoria Activa es el principal impulsor de todo este juicio y de la causa por encubrimiento. También es el principal responsable de que todo esto esté vivo y haya llegado a juicio. Hay que reconocer que el único condenado por encubrimiento, aunque en realidad por sustracción de prueba pero podría ser englobado como encubrimiento, metafóricamente hablando no jurídicamente es Carlos Castañeda, que también está imputado en este juicio. En su momento fue llevado a juicio por un grupo de familiares, AMIA/DAIA y el exfiscal Nisman. Pero el argumento por el cual fue condenado lo sacó de la galera el Tribunal Oral Nº 5, si no me falla la memoria, que fue la denuncia de Memoria Activa ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el reconocimiento del Estado, con el famoso decreto de 812 del año 2005, en el que se reconoce responsable por imprescripción e impunidad y jura y perjura que va a ser todo lo posible para que sepa la verdad. Sin esa denuncia internacional de Memoria Activa, que en su momento fue muy criticada, el tribunal no sé si hubiese condenado a Castañeda. El establishment corporativo comunitario se niega a reconocerle méritos a los familiares que hicieron cosas favorables, si esos familiares fueron o son críticos del propio establishment, creo que es la peor de las ingratitudes que tienen los dirigentes. Sería mucho más loable que reconozcan el aporte de los familiares aunque no estén de acuerdo. En los últimos años mejoró un poco la cuestión con el tema de aceptar el disenso, pero hasta ahí, no mucho más.

En el caso de la querella de Laura Alche, que en realidad sería APEMIA, apunta como siempre a la responsabilidad del Estado, en general, como el Estado encubridor, cómplice, co-autor del atentado. La mayoría de sus preguntas están orientadas hacía la responsabilidad estatal, sobre todo, de los servicios de inteligencia Ex SIDE. Por otro lado, el grupo de familiares, que ahora quedó en manos de la Asociación 18J, también tiene una posición en línea buscando mantener las acusaciones contra todos los imputados, pero el problema que tiene es que como la mayoría son testigos ofrecidos por Memoria Activa cuando les toca preguntar ya todo fue respondido, así que ellos apuntan a preguntar algo que no se haya dicho.

La particularidad es que al día de hoy la querella de la Agrupación 18J se titula “Familiares y Víctimas del Atentado a la AMIA”, como en el juicio anterior (NdelR: hay un grupo de familiares como Czyzewski, Guterman y Abervuch que se separaron de la agrupación Familiares y Víctimas del Atentado a la AMIA y formaron una nueva agrupación. Ellos no participan del juicio por encubrimiento).

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