En los cierres de campaña, María Eugenia Vidal y Elisa Carrió apostaron por el violeta, el color del cambio

En los cierres de campaña, María Eugenia Vidal y Elisa Carrió apostaron por el violeta, el color del cambio

En el Feng Shui significa transmutación de los errores. Más confiados que hace pocos días, en el oficialismo repiten que en la Provincia hay escenario de paridad y "está para cualquiera".

María Eugenia Vidal apareció anoche en el escenario 360º del Centro Asturiano de Vicente López que puso cierre a la campaña de las PASO de Cambiemos vestida como es, sencilla, con un jean y una camisa violeta. Elisa Carrió también apareció en su acto de cierre porteño tal como es, con un vestido y un pañuelo de seda, en tonos violetas.No se trató de una coincidencia. Seguidora de la filosofía del Feng Shui, Lilita convenció a la Gobernadora de conectarse mutuamente con el color de la transmutación y el cambio, el que disuelve los errores cometidos y los transforma en energía renovada.

La aparición del color violeta en el final de la campaña es otra prueba del dramatismo con el que se vivieron las últimas semanas en Cambiemos, cuando Cristina Fernández de Kirchner se hacía imbatible ante los ojos del círculo rojo y los candidatos del oficialismo al Senado deambulaban por los canales de televisión para aumentar unos céntimos el nivel de conocimiento entre un electorado desinteresado en las elecciones primarias.

Bastó que se instalara en la opinión pública que la victoria de Unidad Ciudadana era inevitable, para que la cantidad de voluntarios de Cambiemos pasara de cero a 5000 en tres semanas. La maquinaria empezó a funcionar, y los fiscales empezaron a capacitarse, los locales partidarios a poblarse, los carteles a pegarse, las boletas a distribuirse.

¿Cuál fue exactamente el momento en que cambió el clima para el oficialismo? ¿Fue cuando Vidal cumplió con lo que había dicho, salir a hacer campaña por sus candidatos? ¿Fue cuando los índices de la recuperación económica se fueron extendiendo a casi todas las actividades económicas? ¿Fue cuando Cristina decidió no hablar en público, hasta hacerse irreconocible para el electorado que no la sigue fanáticamente, lo que la llevó a recuperar el tono alto y la marcha peronista de su acto de cierre? ¿Fue el terror al regreso del kirchnerismo al poder lo que permitió que los planetas volvieran a alinearse para el Gobierno?

"Tuvimos problemas en el casting de candidatos", admitió un hombre clave del poder. "Nos confiamos en que podíamos ganar con cualquiera, y nos equivocamos, porque actuamos en la Provincia como si fuera la Capital, y pusimos más énfasis en pelearnos entre nosotros que en comprender la particular cultura política del conurbano", confesó.

De todos modos, un funcionario que trabaja en la comunicación del Presidente y colabora en la estrategia de Cambiemos aseguró que "Cristina descubrió las redes sociales y la estrategia digital como herramientas de construcción política cuando nosotros ya estamos dando por superada esa etapa, y pasando a un enfoque más integral y territorial, le seguimos llevando varios años por delante". Y agregó: "Nunca creímos que Unidad Ciudadana podía ganarnos en octubre, aunque sí creemos que le queda alguna chance de sacarnos algún punto el domingo".

La gobernadora junto a Esteban Bullrich (Télam)

En efecto, Infobae no logró que ningún miembro de Cambiemos salga del discurso oficial en relación a la provincia de Buenos Aires. "Estamos en un escenario de paridad, está para cualquiera", es lo que repiten, como un mantra. Algún candidato se animó a un "estamos dos puntos por encima, pero podemos quedar dos puntos para abajo", pero no mucho más. Un diputado dio algunas precisiones. En el interior de la provincia se volverá a ganar, pero no como sucedió en el 2015, porque Florencio Randazzo logró quitarle algunos puntos en distritos claves, por eso los viajes a Mar del Plata, a Azul, a Bahia Blanca. En la primera se logrará una diferencia importante. En la 3º sección electoral, se perderá por 500.000 votos.

Lo que sí se percibió, claramente, que mientras la hace dos semanas casi ninguna encuesta daba ganador a Bullrich, ahora casi ninguna encuesta niega que se achicó la diferencia de Cristina. Por el contrario, registran un crecimiento sostenido y consistente del candidato a senador de Cambiemos, que parece llegar hasta el día de la elección.

Es un crescendo en la campaña que se registró en otras áreas. No solo Mauricio Macri levantó el tono, sino que la misma Gobernadora alcanzó un énfasis desconocido. Hay quienes dicen que fue porque ambos se cansaron de las críticas. Otros, en cambio, dicen que siempre estuvo previsto así, "ir afinando el tono a medida que se acerca el día de la elección, alejándose de todo discurso culposo, anclándonos en la esperanza real".

En Capital no tuvieron ese problema. La presencia de Lilita derritió a las competencias y las encuestas son tan buenas que ni siquiera quieren dar los datos, pero se asegura que Vamos Juntos estaría arañando el 50%, un porcentaje inédito en la historia de las elecciones porteñas desde 1983.

A 48 horas del primer desafío electoral de Cambiemos, una coalición que solo tiene dos años y gobierna ya cinco distritos, y espera ganar en -por lo menos- otros cinco más,Macri y su mesa chica saben que ninguna victoria será tal si en octubre no logran convalidar el triunfo en la provincia de Buenos Aires. Y son conscientes de que dormirán mucho mejor el domingo si logran ganar las primarias aunque sea por un voto. Para asegurarse, el color violeta -o el morado- parece estar funcionando como una oportuna cábala.

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