Chiquitunga se convertirá en la primera beata paraguaya

Chiquitunga se convertirá en la primera beata paraguaya

La Oficina de Prensa de la Santa Sede confirmó hoy que el papa Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos la promulgación del decreto que reconoce el milagro atribuido a la venerable religiosa paraguaya María Felicia del Santísimo Jesús, más conocida como “Chiquitunga” lo que la convertirá en la primera beata paraguaya. La Iglesia en el Paraguay celebra el anuncio y se entusiasma con los preparativos de la beatificación.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede confirmó hoy que el papa Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos la promulgación del decreto que reconoce el milagro atribuido a la venerable religiosa paraguaya María Felicia del Santísimo Jesús, más conocida como “Chiquitunga” lo que la convertirá en la primera beata paraguaya. La Iglesia en el Paraguay celebra el anuncio y se entusiasma con los preparativos de la beatificación. 

En una entrevista con los medios, el arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, indicó que ahora que ya el Santo Padre autorizó al cardenal Amato la firma del decreto que confirma el milagro, los organizadores podrán confirmar definitivamente la fecha en que se realizará la fiesta de beatificación. Al respecto, el arzobispo de Asunción adelantó que la fecha estimativa en que se realizaría dicho acto será el sábado 23 de junio, teniendo como posible sede el estadio “La Nueva Olla” del club Cerro Porteño. 

Mañana, jueves 8 de marzo, confirmó monseñor Valenzuela, estará arribando al Paraguay el padre Gambalunga, postulador de la causa de Chiquitunga, para reunirse con integrantes de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) y la comisión preparatoria para la beatificación. 

La misión del sacerdote italiano sería la de hacer un “reconocimiento canónico” de los objetos que en vida pertenecieron a María Felicia de Jesús Sacramentado, incluyendo sus ropas, libros, cartas, objetos personales, etc. para incluirlos en un listado canónico y convertirlas posteriormente en reliquias. 

“Lo que se realizará en el Paraguay –señaló el arzobispo- será una gran fiesta de la fe de quienes celebran y le confían sus rezos a la intercesión de la beata paraguaya. 

El milagro aprobado hoy por el papa Francisco obrado por intercesión de la futura beata es la curación en 2002 del bebé Ángel Ramón, quien tras su nacimiento estuvo veinte minutos sin signos vitales, y tras el pedido a Chiquitunga, se recuperó. El niño, 15 años después, lleva una vida normal, y no tuvo secuelas del episodio. 

¿Quién era Chiquitunga? 

Nacida en Villarrica en 1925, María Felicia se volcó de lleno a la Acción Católica desde su adolescencia. Se entregaba a Dios acompañando niños en la catequesis, jóvenes trabajadores y universitarios, pobres, enfermos y ancianos. 

“En todos los trabajos que estoy realizando trato de poner el sello de nuestro espíritu cristiano, porque quiero que todo se sature de Cristo y donde quiera que sea pueda dejar un rayito de luz”, escribió durante sus años de intensa vida apostólica. Su sed de entrega era indescriptible, aún para alguien, como ella, con un dominio de la palabra digno de las mejores poetisas: “No sabría explicarle la ansiedad, el deseo intenso de trabajar exclusivamente, entregada en cuerpo y alma por la causa de Cristo, al apostolado; sed, verdaderamente sed, tengo de una inmolación más efectiva”. “Ser apóstoles, Señor, qué hermoso sueño”, escribió. 

Hasta que a los 30 años sintió el llamado a la vida contemplativa e ingresó como carmelita descalza en Asunción. Las Hermanas Carmelitas la recuerdan como alguien que se caracterizó por “su gran espíritu de sacrificio, caridad y generosidad, todo envuelto en gran mansedumbre y comunicativa alegría”, según consta en la página web de Chiquitunga. Su entrega y su amor por Cristo era pleno, y se refleja en varias de sus poesías. 

Al poco tiempo de haberse entregado a la vida contemplativa, enfermó de una hepatitis infecciosa. Tenía 34 años, y poco antes de morir, clamó: “Papito querido, ¡qué feliz soy!; ¡Qué grande es la religión católica!; ¡Qué dicha el encuentro con mi Jesús!; ¡Soy muy feliz!; ¡Qué dulce encuentro! ¡Virgen María!”. 

Ya en 2015, durante la visita del papa Francisco al Paraguay los obispos de ese país le habían insistido al Papa por la causa. 

Monseñor Claudio Giménez, obispo de Caacupé, incluso le pidió en público al Papa por la beatificación de Chiquitunga, al agradecerle el cariño que siempre expresa el Santo Padre por las mujeres paraguayas: “Le agradecemos que haya honrado muchas veces a la mujer paraguaya. Hay una mujer paraguaya que la quisiéramos ver en los altares. Hasta ahora tenemos un santo, que es San Roque, jesuita como usted. ¿Tendremos alguna vez la dicha de que una paraguaya carmelita descalza también lo pueda? Su nombre es Chiquitunga”.

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