Alejandra Carrizo, madre de la adolescente que denunció por abuso sexual al sacerdote Juan de Dios Gutiérrez, en el departamento Belén, confirmó que tanto ella como la mamá del adolescente que habría sido víctima del cura Renato Rasguido en Andalgalá, fueron contactadas por la Red de sobrevivientes de abuso eclesiástico hace pocas semanas y forman parte de la misma desde entonces. Carrizo contó que fueron contactadas por el diario Página 12, y que relataron sus casos en una nota que salió publicada ayer bajo el título "No abusarás, el mandamiento que falta”.

"La Red que está a cargo de Carlos Lombardi, quien actualmente está ayudando a los padres de los chicos que fueron abusados en el Instituto Próvolo en Mendoza. Ellos nos contactaron porque sabían que habíamos formado la asociación Latidos en Pausa con casos de curas acusados de abuso sexual en Catamarca y comenzamos a trabajar juntos”, señaló la progenitora.

Carrizo denunció al cura Juan de Dios Gutiérrez a finales del año 2015. El sacerdote había seducido y abusado a su hija de 16 años, a quien conoció porque asistía a un grupo parroquial. El sacerdote fue imputado por abuso sexual gravemente ultrajante agravado. 

En Andalgalá, la causa lleva también 2 años debido a las constantes trabas puestas por los abogados contratados por la Iglesia. En este caso, el denunciado por 6 hechos de abuso sexual con acceso carnal agravado es el sacerdote Renato Rasguido, quien al igual que Gutiérrez, esperan el proceso en libertad.

Publicación 

En su nota de ayer, titulada "No abusarás, el mandamiento que falta”, Página 12, hace hincapié en la "protección que reciben los curas de sus superiores”. En la entrevista, el referente de la Red, Lombardi, señala: "A cada cura abusador le corresponde un obispo encubridor”, además cuenta que en "las últimas semanas llovieron las consultas de víctimas de abuso sexual por parte de otros religiosos católicos, a partir de que salieran a la luz los aberrantes hechos cometidos en el Instituto Próvolo de Mendoza contra niños y niñas sordomudos”.

La publicación relata el caso de Rasguido donde destaca que el adolescente no es el único que quiso suicidarse tras el ataque. Y cuenta que él le ayudaba en las misas y lo acompañaba a otros lugares donde habría sufrido múltiples abusos. 

Un dato relevante es que al final de la nota se da un listado con cada cura denunciado en el país y el supuesto obispo "encubridor” de los mismos, que en el caso de Rasguido y Gutiérrez es Luis Urbanc.