Califican a planilleros como pecadores y una vergüenza social

Califican a planilleros como pecadores y una vergüenza social

El obispo de Concepción y Amambay, monseñor Miguel Ángel Cabello, criticó duramente a los planilleros de las instituciones públicas que reciben salarios sin trabajar y a quienes perciben un aumento de sueldo sin merecerlo. Calificó estas prácticas como "un pecado y una vergüenza social".

Por Darío Bareiro - CAACUPÉ

El obispo de Concepción y Amambay, monseñor Miguel Ángel Cabello, criticó duramente a los planilleros de las instituciones públicas que reciben salarios sin trabajar y a quienes perciben un aumento de sueldo sin merecerlo. Calificó estas prácticas como "un pecado y una vergüenza social".

Este reproche se dio ayer durante el sexto día de la celebración del novenario de la Virgen de Caacupé. Monseñor Cabello habló de los que roban descarada e impúnemente en instituciones privadas y públicas, de quienes desvían fondos destinados a los más necesitados, de los planilleros y de los que compraron votos en las últimas elecciones. Todos estos, movidos por la "falta de conciencia del pecado".

"A veces creemos que esto es propio de gente inculta. Sin embargo, la falta de conciencia de pecado se evidencia a menudo en personas, precisamente –entre comillas– 'intelectuales', 'sabias' y 'de calificado nivel económico y social'. Pensemos, por ejemplo, en los casos de las mentiras. Cuantos mienten para engañar y conseguir algún beneficio o liberarse de alguna pena o sanción merecida por la culpa", refirió el obispo.

Sostuvo que la compra de conciencia es una afrenta a la dignidad humana y un pecado contra Dios. "Cuántos en las justas electorales se dedicaron a comprar conciencias y otros a vender sus derechos a votar libremente", enfatizó, criticando a quienes se aprovechan de la pobreza y la ignorancia de la gente para explotarlas y enriquecerse.

medioambiente. En otro momento de la homilía, monseñor Cabello habló de la falta de conciencia del pecado presente en la destrucción sin contemplación de la naturaleza, con la tala de bosques, la contaminación de los ríos y arroyos, olvidando no solo a las generaciones futuras, sino a los indígenas y campesinos que habitan en el presente.

"Cuántos destruyen el medioambiente tirando basura sin conciencia del mal que hacen", puntualizó.

El pecado de omisión –relató Cabello– está presente cuando podemos ayudar a un enfermo y no lo hacemos. Instó a los fieles a acudir al sacramento de confesión. "A veces dejamos a última hora cosas esenciales de la vida como la reconciliación con Dios", reflexionó el obispo.

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