Asumió David Penzotti como rector de la Basílica e invitó a “disipar las tinieblas”

Asumió David Penzotti como rector de la Basílica e invitó a “disipar las tinieblas”

El religioso de la Orden de Don Orione tomó posesión de la administración pastoral del santuario mariano. Es la segunda vez que presta servicios en la localidad, ya que hace 16 años estuvo a cargo del Cottolengo.

 

Asumió ayer como rector y párroco de la Basílica Nuestra Señora de Itatí, el sacerdote David Penzotti, quien invitó a sus pares y feligreses a “ser luz para iluminar y disipar las tinieblas”, a la vez que pidió a los integrantes del Cottolengo Don Orione que “nos enseñen a vivir los gestos de misericordia”.

La Misa que tuvo lugar en el Santuario mariano estuvo presidida por el vicario de la Arquidiócesis de Corrientes, José Billordo, quien transmitió el saludo del arzobispo, Andrés Stanovnik, ya que no pudo estar porque se encuentra acompañando una convivencia con los seminaristas. Acompañaron otros sacerdotes del clero y de la orden orionita, a cargo de la administración del templo y cottolengo.

Penzotti regresó a la localidad, ya que hace 16 años estuvo a cargo del Cottolengo Don Orione.

En su mensaje, Billordo tomó parte de la oración en honor a la Virgen de Itatí y dijo “ella nos sigue mirando con ojos de misericordia”, y añadió: “Para que todos nosotros seamos misioneros de la misericordia, para hacer realidad lo que hace María cuando interviene en las ‘Bodas de Caná’, pasaje del Evangelio, y le dice a los discípulos que hagan lo que él (Jesús) les dice, para convertir el agua en vino”. Por ello sostuvo que “a todos nosotros, y especialmente hoy al padre David, nos dice que hagamos lo que él nos pide”.

El sacerdote reflexionó que “ya va a llegar el momento en el que Dios nos dice lo que tenemos que hacer. No tenemos que apurarnos, desesperarnos para saber qué quiere que hagamos”. Y argumentó que “lo de Dios es paz, es serenidad, no es imposición. Lo de Dios es aquello que te permite tener espacio interior, libertad, te hace creativo”.

Retomando la lectura del Evangelio que se leyó, dijo: “Todos estamos llamados a ser sal y luz, no solamente los párrocos, hoy podemos decir por el padre David en su nuevo ministerio pastoral, que el Señor y la Virgen María, le piden que sea sal y luz, para iluminar y dar sabor”. Resaltó que “la tarea del nuevo párroco y rector es de animarnos a que seamos sal y luz todos.

Por otro lado, recordó que “la Virgen María, después de tener el encuentro con el Señor, ese diálogo ‘que se haga en mí lo que él tiene pensado’, te lleva al encuentro, a salir, a tratar con los demás. Y eso es un servicio alegre, que se pone en evidencia que se lo hace por convicción, por eso ella tiene paz, puede hacer el bien y hablar de lo que Dios hace en su vida y los demás”.

Y finalizó diciendo “pidamos especialmente por el padre David, para que a él, (la Virgen) lo siga mirando con ojos de misericordia, y lo haga discípulo y misionero de Jesucristo”.

“Maestros del

Cottolengo”

Antes de concluir la celebración, el nuevo rector dirigió unas palabras de agradecimiento y reflexión.

Agradeció el acompañamiento de los sacerdotes de la arquidiócesis y de su congregación y de la delegación de Barranqueras (Chaco), que participó, ya que fue donde estuvo como párroco en los últimos años.

En tanto saludó a los “devotos y peregrinos que todos los días llenan este templo con su fe y oración”. Y agregó: “Querido pueblo de Itatí, les agradezco con el cariño que me recibieron en este regreso. Me siento en casa, estoy en la casa de mamá y todo lo que ello significa con el cariño de ustedes”, resaltó.

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