Arroyo Salgado: "El Papa se preocupó por el impacto que tuvo la muerte de Nisman"

Arroyo Salgado:

La viuda del fiscal saludó a Francisco en el Vaticano, con sus hijas Iara y Kala, y le pidió que rezara para que se conozca la verdad; justificó el silencio del pontífice ante el caso

 

 Capuchino de por medio en un bar a metros del Vaticano, vestida de riguroso negro y con un rosario de plata al cuello, la jueza Sandra Arroyo Salgado dice que le está muy agradecida al papa Francisco. No sólo porque ayer la saludó, junto a sus hijas Iara (17) y Kala (10) -hijas también del malogrado fiscal Alberto Nisman-, a quienes les estrechó las manos y las bendijo, en un encuentro muy breve.

"Fue muy emocionante, me dijo que rezó mucho y que siempre reza por la memoria del papá de las chicas y por las chicas, y yo le pedí ayuda y que siga rezando por la verdad", dijo Arroyo Salgado, en una entrevista con LA NACION. Fue la primera vez que Francisco tuvo contacto con familiares directos de Nisman desde que, hace más de dos años, el ex fiscal fue hallado muerto en su departamento de Puerto Madero, en un escándalo político aún impune.

Desde el "homicidio-magnicidio" de "Alberto", o del "papá de las chicas", como aún lo llama, hace dos años hubo en las vidas de ellas "un tsunami que arrasó con todo", confiesa. Y que Francisco le dijera que rezaba desde siempre por la memoria de su ex marido y las bendijera "renueva la fe", afirma. Serena, recordó que la primera vez que estuvo en Roma fue "con Alberto, en 1997", hace 20 años. Aseguró que cree en la justicia divina y, pese a la impunidad reinante en el país, también "en la justicia de los hombres".

-Usted es católica, ¿verdad?

-Sí, fui a un colegio de monjas, el San Cayetano, de Liniers, y durante toda mi escolaridad era de las más practicantes. Después, en el secundario, tuve algunas diferencias porque mis padres se divorciaron y yo no entendía eso, no me cerraba. Pero, obviamente, creo en Dios. Y cuando tuve problemas con la maternidad y fui a una parroquia donde dan especialmente misas para embarazadas y personas que buscan tener hijos, me volví a acercar a la Iglesia. Incluso, lo llevé en una oportunidad a Alberto...

-¿Cómo se siente después de haber visto al Papa?

-Primero estoy muy agradecida al Papa de que nos haya dado la posibilidad de participar de la audiencia, que se solicitó con muy poco tiempo. Fue muy importante, yo agradezco este gesto porque asumo y sé que, lamentablemente, la muerte de Alberto y la investigación posterior, así como el contexto en el que fue -porque el año 2015 era un año electoral en el que se definía la continuidad de un proyecto de poder, que estaba desde los tiempos de Néstor Kirchner-, está altamente politizado. Eso no contribuye al esclarecimiento y a que todos los argentinos podamos, después, creer en la Justicia. Por eso le agradezco el gesto de recibirnos.

-Francisco le dijo que siempre rezó por su ex marido.

-Fue un intercambio: él me dijo que rezaba, que siempre había rezado por el padre de las chicas y por ellas, y yo le pedí que nos ayudara y que siga rezando para poder llegar a la verdad y a la justicia. En mi fuero más íntimo, ese pedido no fue sólo por la muerte de Alberto, sino por todo lo que hay atrás. Cuando nos dieron la noticia definitiva de que Alberto se había muerto y cómo había sido, cuando nos dijeron que había un arma, yo inmediatamente le dije al custodio: «Por favor, alguna autoridad judicial, que nos esperen, que designemos peritos de parte para la autopsia, que nos esperen a hacer la autopsia, porque a este hombre lo mataron». En los 17 años que convivió conmigo, Alberto nunca tuvo un arma y nunca me representé que Alberto fuera una de esas personas que pueden haber tomado una decisión como la de suicidarse. Al principio pensé que se había pasado de ansiedad, y como su papá había muerto joven, de un infarto, pensé que le había pasado eso. Pero cuando supe que había un arma, cambió todo...

-Hace dos años, en la Argentina algunos cuestionaron al Papa por su silencio ante el caso Nisman.

-Yo respeto el lugar que ocupa el Papa y la verdad es que no esperaba que se pronunciara sobre algo así, sin tener, además, acceso al expediente, ni a la investigación, ni conocer particularidades del hecho, con lo cual hubiera sido imprudente de su parte pronunciarse. Para mí lo importante es que nos haya transmitido que rezó por esto que ocurrió, porque demuestra su preocupación por el impacto que esto produjo en el país. Y para mí fue importante personalmente, por lo que sufrieron mis hijas, que haya dicho que él reza por la memoria del padre y por ellas. Yo le pedí que siga rezando para lleguemos a la verdad y a la justicia. Es muy significativo y valioso para nosotros, es como que te renueva la fe. Yo creo en la justicia divina y creo también en la justicia de los hombres, quiero creer... Yo formo parte del Poder Judicial.

-Hay escepticismo, mucha gente cree que nunca se sabrá qué pasó con Nisman. ¿Algún día se sabrá la verdad?

-No tengo dudas de que se va a probar científicamente que fue un homicidio relacionado con su trabajo, con lo cual es un magnicidio. Y, en cuanto a los responsables, yo espero que se profundicen ciertas líneas de investigación. Tampoco quiero ser ingenua o generarles expectativas a mis hijas, quiero ser realista. Creo que el objetivo fue generar lo que se generó: un impacto político-institucional que trascendió la conmoción nacional.

-Habrá notado que en la audiencia general el Papa habló de la figura bíblica de Judit y dijo que, en su opinión, las "mujeres son más valientes que los hombres"...

-Sí, me pareció importante el mensaje. No soy feminista, pero pienso que, más allá del sexo, lo que importa es la esencia de las personas y cuáles son sus valores, sus principios y su formación. Yo trato de darles el mensaje a mis hijas de que no hay que bajar los brazos. Iara también ha escrito que eso es algo que le enseñó a hacer su papá. Los dos, a veces con palabras, a veces con el ejemplo, siempre les transmitimos a Iara y a Kala que no hay que bajar los brazos, que no hay que perder la esperanza, que hay que tener fe. Mis hijas y yo sabemos cuál fue la verdad detrás de esta muerte.

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