En 2016, se diagnosticaron de 2 a 3 millones de cánceres de piel, de los cuales 230.000 de los casos fue algún tipo melanoma. Este tipo de cáncer de piel es el más grave debido a que puede diseminarse y si bien representa el 5% de los diferentes tipos de esta enfermedad es el causal del 90% de las muertes de esta patología.

Organizada por la Sociedad Argentina de Dermatología, se realiza bajo el lema "El sol sin protección daña" y busca concientizar a la población acerca de la importancia que tiene el cuidado de la salud de la piel y la realización del chequeo dermatológico al menos una vez al año.

Cabe señalar que el cáncer de piel es el tipo más común de los cánceres en el ser humano. Una de sus causas más importantes es la exposición al sol sin protección o a las camas solares. La forma más eficaz para prevenirlo es la educación: saber cómo, cuándo y cuánto exponernos al sol. En este sentido, se recuerda que entre las 10.00 y las 16.00 la radiación UV que recibe la tierra es la más intensa del día, por lo tanto se sugiere evitar la exposición en ese horario. Además, se recomienda usar en forma habitual cremas protectoras solares que bloqueen radiación UVA y UVB, de calidad reconocida y cuyo factor de protección solar (FPS) sea mayor a 30. El producto debe aplicarse en toda la piel 20 minutos antes de la exposición y renovarlo cada 2 horas con la piel seca. Asimismo, se sugiere usar una cantidad generosa sin olvidar sitios como orejas, labios y cuello.

Es fundamental la detección temprana de lesiones sospechosas ya que el 90% de los casos de cáncer de piel (no melanoma), pueden ser curados si se detectan a tiempo. Se debe prestar atención a todos los lunares nuevos en un adulto. Especialmente si crecen rápido, tiene más de 3 colores, son asimétricos sangran o pican. La mayoría de los melanomas, nacen en piel sana, y no fueron lunares previamente. Solo 1 de cada 3 surge de un lunar preexistente.

El melanoma no es un tumor frecuente, pero es muy grave, porque si da metástasis suele ser fatal. La principal causa es la exposición a rayos ultravioleta, pero hay factores genéticos implicados también, como el color de piel y la capacidad de broncearse. Suelen ser tumores de varios colores, con tonos de negro, marrón oscuro o rojo, muchas veces sangran y son de crecimiento rápido.