Argentina, el Papa y la misa de Luján, “un hecho político trascendente”

Argentina, el Papa y la misa de Luján, “un hecho político trascendente”

Francisco firmó una camiseta emblema de la celebración en el santuario de la patrona de Argentina. “Fue un espaldarazo en la lucha por la solidaridad y la unidad”, explicó Ximena Rattoni, militante de la Fundación La Alameda

El encuentro no fue breve. Mientras los feligreses ubicados sobre el atrio de la Basílica de San Pedro esperaban impacientes la llegada de su turno para saludar al Papa, veían ansiosos que Francisco tardaba y tardaba. ¿El motivo? Un gesto especial para dos argentinos: Ximena Rattoni y Facundo Lugo. Ambos líderes sociales, militantes de la organización La Alameda. Ellos le llevaron la camiseta símbolo de la misa de Luján, la celebración del 21 de octubre pasado que sacudió el escenario político de Argentina, atravesado por una severa crisis económica y social. El pontífice firmó la prenda, y se dejó fotografiar entusiasta. 

 

Todo ocurrió al final de la audiencia pública de los miércoles, en la Plaza de San Pedro del Vaticano. Rattoni, secretaria adjunta del sindicato APJGas y secretaria de relaciones institucionales de la CTA autónoma, contó al Vatican Insider los detalles del diálogo. “Se acercó, sonreímos mucho, nosotros le planteamos que todos los días agradecemos la existencia de él, su pelea, su encíclica Laudato Si. Le contamos de nuestro trabajo, se fotografió con la camiseta y dando de apoyo a nuestra pelea”, reveló.  

 

Además, consideró que se trató de “un gesto muy importante para todos los trabajadores en general”, porque el Frente Multisectorial 21F, ha buscado “impulsar la unidad de sindicatos y el campo popular” bajo el lema paz, pan y trabajo. Las mismas palabras estampadas en la camiseta firmada por el Papa.  

 

“Lo vivimos como un aliento de fuerza y una bendición a este trabajo por la unidad del pueblo que estamos haciendo organizaciones de las tres centrales obreras, de todos los movimientos sociales y muchas agrupaciones políticas que se quieren poner la patria al hombro”, siguió.  

 

Y apuntó: “Un espaldarazo porque lo que pudimos contarle fue básicamente que, por un lado, intentamos defendernos y construir solidaridad, comunidad; mientras por otro lado instamos al oficialismo y a la oposición a que se genere un verdadero diálogo social que pueda cambiar el modelo económico, porque si este modelo en Argentina sigue así o se profundiza nosotros creemos que vamos a situaciones de violencia, de destrucción de fuentes de trabajo y de las familias”. 

 

Rattoni viajó a Roma para participar en el coloquio Ética en Acción, organizado por la Academia Pontificia para las Ciencias del Vaticano. Lugo participa estos días en una reunión de líderes jóvenes del mundo por el desarrollo humano sustentable.  

 

Ella se refirió a la misa de Luján, que convocó sorpresivamente a más de 800 mil personas también bajo el reclamo de paz, pan y trabajo. Tras la celebración, en la explanada externa al más importante santuario mariano de la Argentina, se sucedieron las opiniones, las especulaciones y las críticas. Y se llegó cuestionar cuán informado estaba el Papa de una ceremonia cuestionada desde el mismo entorno del presidente Mauricio Macri. 

 

“La misa del otro día en Luján fue impresionante, por los mensajes que dieron todos los líderes religiosos y la cantidad enorme de trabajadores que congregó, ahora pudimos en la audiencia general verlo a Francisco, hablarle de eso, fuimos con la remera que llevamos a Luján y el Papa la bendijo y la firmó”, abundó la activista.  

 

Según su punto de vista, señaló, se trató de un “evento espiritual muy grande” y, al mismo tiempo, “un hecho político trascendente en el mejor de los sentidos”, porque jamás incitó al “vale todo”, ni “a la violencia”. Más bien se trató, dijo, de canalizar en forma masiva y pacífico un reclamo “totalmente concreto y contundente”. 

 

“El mensaje de Lujan fue muy claro, una descripción de lo mal que está la situación, de lo mal que va a seguir yendo si no cambia y fue un pedido completamente explícito y concreto a que, así como los trabajadores y trabajadoras nos estamos poniéndonos la patria al hombro, la clase política debería -de una vez por todas- hacer lo mismo, si queremos continuar teniendo patria”, abundó. 

 

Ante la pregunta de si el Papa estaba informado sobre la misa en Luján y su grado de involucramiento en la misma, aclaró que “la Iglesia argentina es la Iglesia de Francisco” si bien, explicó, el Papa no puede estar en el detalle sobre qué día se convocó, a qué hora o quién “lleva el sonido”.  

 

Al mismo tiempo precisó que “independiente de si estaba informado al detalle o no, lo que expresó esa misa y ese sector de la Iglesia es claramente la mirada de Francisco”. Y constató, categórica, “no creo que nadie haya encontrado en ningún lugar una desautorización del Papa al respecto”. 

 

“Francisco insta siempre a hacer política, la gran política y no politiquería, en el sentido que la política es la forma más alta de caridad. Es un discurso ya bastante usado y mal usado esto de decir: tal no debe hacer política, la Iglesia no se puede meter, como si la vida no fuera política en sí misma”, consideró. 

 

“Creo que al poder no le molesta que la Iglesia haga política, lo que le molesta es que los trabajadores estamos encontrando un norte, muchos referentes para ese norte y uno de ellos es el Papa Francisco, el sector de la Iglesia que expresa lo que Francisco quiere. Este mensaje fue multitudinario, fue pacífico y fue contundente”, sentenció.  

Comentá la nota