“Apostasía es alejarse de Jesús, Él sigue siendo nuestro amigo hasta el final”

“Apostasía es alejarse de Jesús, Él sigue siendo nuestro amigo hasta el final”

En Santa Marta el Papa habló sobre el don de la «amistad» del Señor; Cristo «nos espera siempre, aunque lo traicionemos con nuestros pecados y caprichos»

«Jesús es nuestro amigo». Y lo seguirá siendo hasta el final, incluso cuando nosotros nos convertimos en sus «enemigos», cuando lo traicionamos, cuando caemos en la «apostasía» de alejarnos de Él. Jesús llama «amigo» incluso a Judas. Esta es la última palabra que le dirige antes de la traición, «amigo» y no «vete». 

  

En Santa Marta, el Papa Francisco invitó a la gratitud por esta amistad del Señor, recibida «en suerte», «como destino», y no «por casualidad». Es el mismo don ya entregado a los apóstoles: «mas fuerte aún, pero el mismo», explicó el Papa en su homilía, según indicó Vatican News. «Todos nosotros, los cristianos, hemos recibido este don: la apertura, el acceso al corazón de Jesús, a la amistad de Jesús». 

  

Y nuestra «vocación» es esta: vivir como «amigos del Señor», subrayó Jorge Mario Bergoglio: «nuestro destino es ser sus amigos. Es un don que el Señor conserva siempre y Él es fiel a este don». 

  

Sin embargo, muchas veces nosotros no somos nada fieles y nos alejamos «con nuestros pecados, con nuestros caprichos». Cristo, por el contrario, permanece firme en esta «amistad». Él, dijo Francisco citando el Evangelio de Juan de hoy, «no nos llama “siervos”, sino “amigos”», y conserva «esta palabra hasta el final». 

  

Lo hizo incluso con Judas, que después siguió hacia su «destino, que él eligió libremente, se alejó de Jesús». Es esta la «apostasía», afirmó el Pontífice, «alejarse de Jesús. Un amigo que se vuelve enemigo o un amigo que se vuelve indiferente o un amigo que se vuelve un traidor». 

  

«El amigo –insistió el Papa Francisco– es el que comparte precisamente los secretos» con el otro. «Les he llamado amigos porque todo lo que he escuchado de mi Padre se los he hecho conocer», dice Jesús en el Evangelio. 

  

«Él –continuó Bergoglio– no reniega de este don, no reniega de nosotros, nos espera hasta el final. Y, cuando nosotros, por nuestra debilidad, nos alejamos de Él, Él espera, Él espera, Él sigue diciendo: “Amigo, te espero. Amigo, ¿qué quieres? Amigo, ¿por qué con un beso me traicionas?”. Él es fiel en la amistad y nosotros debemos pedirle esta gracia de permanecer en su amor, permanecer en su amistad, esa amistad que todos nosotros hemos recibido como don». 

Comentá la nota