Ante ella se arrodilló Bolívar, Libertador de América

Ante ella se arrodilló Bolívar, Libertador de América

En septiembre el Papa visitará Colombia y rezará delante del famoso cuadro de la Virgen de Chiquinquirá.

por Luis Badilla

Después de Pablo VI en 1968 y san Juan Pablo II en 1986, el próximo 7 de septiembre Francisco será el tercer Papa que visite la capital de Colombia, Santa Fe de Bogotá, y uno de las primeras cosas que se conocen del programa es un evento singular y de gran significación para el pueblo colombiano. En la catedral de la ciudad el Papa podrá orar delante del cuadro de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, patrona de Colombia, cuando se cumplen 430 años de la Renovación.

El poco tiempo disponible impide que el Santo Padre visite el santuario de la Virgen que se encuentra en la ciudad de Chiquinquirá, a 147 kilómetros por tierra de la capital y 117 kilómetros por avión. Por esa razón, el lienzo será trasladado a la Catedral de Bogotá. El 3 de julio de 1986 el Papa Juan Pablo II visitó el santuario y permaneció largo tiempo en oración delante de la famosa pintura, amada y venerada por los colombianos. En esa oportunidad el Papa Wojtyla consagró la nación a María Virgen.

El cuadro, recientemente restaurado, es obra de Alonso de Narváez. Está pintado sobre una tela de algodón tejido con las técnicas que usaban los indios entre 1560 y 1562, y por lo tanto es uno de los testimonios más antiguos que se conservan del arte religioso latinoamericano.

Las páginas de Cathopedia cuentan que “en 1560 el español Antonio de Santana recibió en encomienda un territorio junto a la ciudad de Chiquinquirá; levantó allí varias construcciones para la administración colonial y para alojamiento de indígenas y esclavos. Como era la costumbre, construyó también una capilla para los servicios religiosos.

El dominico Andrés Jadraque, que prestaba servicio en aquella encomienda, quiso adornar la capilla con una imagen sagrada y para ello encargó al pintor español Alonso Narváez, que vivía en la ciudad de Tunja, que pintara a la Virgen del Rosario con San Antonio de Padua y el apóstol Andrés. En 1563 la imagen fue colocada en la capilla.

El pequeño edificio con techo de paja se deterioró al cabo de algunos años y la tela con la imagen de la Virgen, expuesta a la intemperie, resultó también seriamente dañada. A tal punto que la trasladaron a una capilla a la que a veces acudía la gente del lugar.

El 26 de diciembre de 1586 se verificó un evento prodigioso conocido como “Renovación”: María Ramos, una mujer piadosa que se ocupaba de mantener en condiciones dignas y acogedoras la capilla donde se custodiaba la imagen, junto con una india llamada Isabel y el hijo de ésta, fueron testigos del renovado esplendor en los colores de la tela sin que hubiera intervenido mano humana para restaurarla.

El 10 de enero de 1587 y el 12 de septiembre de ese mismo año las autoridades eclesiásticas realizaron una cuidadosa investigación y se expidieron en forma positiva sobre la autenticidad del milagro. Inmediatamente se mandó a construir un bahareque (edificio hecho con cañas, madera y paja) que muy pronto se convirtió en meta de peregrinaciones. Considerando la extraordinaria afluencia de fieles que visitaban el lugar del evento prodigioso, el arzobispo de Bogotá Luis Zapata de Cárdenas ordenó que se construyera una iglesia en el lugar de la Renovación. A principios del siglo XIX se construyó la iglesia actual para proteger la prodigiosa imagen, en un lugar distinto al que originariamente tenía cuando se produjo el milagro para evitar los desastres provocados por los frecuentes terremotos que sufre esa región.

Entre tanto la devoción a la Virgen de Chiquinquirá conquistó cada vez más el corazón de todas las clases sociales del pueblo. El mismo Simón Bolívar, que había utilizado el tesoro del santuario para financiar su Campaña Libertadora, acudió en varias oportunidades a Chiquinquirá para orar por el éxito de su empresa.

En 1908 el provincial de los dominicos Vicente María Cornejo y el prior del santuario José Ángel Lambona, con la aprobación de la Conferencia Episcopal que precisamente ese año se había reunido por primera vez, solicitaron a la Santa Sede la coronación canónica de la sagrada imagen, que se llevó a cabo el 9 de julio de 1919 junto con la proclamación de la Virgen de Chiquinquirá como Reina de Colombia. El 3 de julio de 1986 Juan Pablo II visitó Chiquinquirá en ocasión del cuarto centenario de la Renovación.

En esa oportunidad, dirigiéndose a María, dijo: “Son muchos los lugares en la tierra desde los cuales los hijos del Pueblo de Dios, nacidos de la Nueva Alianza, te repiten a porfía las palabras de esta bienaventuranza: “Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre; ¿cómo he merecido yo que la madre de mi Señor venga a mí?” (Lc 1, 42-43).

Y uno de esos lugares, que Tú has querido visitar, como la casa de Isabel, es éste: el santuario mariano del Pueblo de Dios en tierra colombiana. Aquí en Chiquinquirá quisiste, oh Madre, disponer para siempre tu morada. Durante cuatro siglos, tu presencia vigilante y valerosa ha acompañado ininterrumpidamente a los mensajeros del Evangelio en estas tierras para hacer brotar en ellas, con la luz y la gracia de tu Hijo, la inmensa riqueza de la vida cristiana.

Bien podemos repetir hoy, recordando las palabras de mi venerado predecesor el Papa Pío XII, que “Colombia es jardín mariano, entre cuyos santuarios domina, como sol entre las estrellas, Nuestra Señora de Chiquinquirá”. Amadísimos hermanos y hermanas: Al cumplirse el cuarto centenario de la Renovación de esta venerada imagen, me sumo gozosamente a vosotros en esta peregrinación de fe y de amor. He venido a este lugar a postrarme a los pies de la Virgen, deseoso de confortaros en la fe, esto es, en la verdad de Jesucristo, de la cual forma parte la verdad de María y la verdadera devoción hacia Ella.

Quiero también orar con vosotros por la paz y la prosperidad de esta amada nación, ante Aquella que proclamáis Reina de la Paz y que con afecto filial invocáis como Reina de Colombia.» (Homilía de la concelebración eucarística en Chiquinquirá, 3 de julio de 1986)

El Papa en Bogotá. 

Según indiscreciones de la prensa local, el 6 de septiembre, después de llegar al Aeropuerto Internacional de “El Dorado”, el Papa Francisco se dirigirá inmediatamente en el papamóvil a la Nunciatura Apostólica, recorriendo dos arterias centrales de la ciudad: la Calle 26 y la Carretera 7ª. El 7 de septiembre el primer evento del programa es la visita de cortesía al Presidente de la República, Manuel Santos, en la Casa de Nariño.

El Santo Padre debería luego concurrir a la Plaza Bolívar y por último a la Catedral Primada, donde será recibido y saludado por el alcalde de la capital, Enrique Peñaloza, quien le entregará las llaves de la ciudad. En la catedral, después de venerar el cuadro de la Virgen de Chiquinquirá en la Capilla del Sagrario, saludará algunas personas y posteriormente en el Palacio Arzobispal, ubicado junto a la catedral, mantendrá un encuentro con los obispos colombianos.

Al finalizar, desde el balcón dirigirá un saludo a los jóvenes. El evento central, la Celebración Eucarística, se realizará en el Parque Simón Bolívar, en cuyo predio se encuentra el Templete Eucarístico donde celebró la Misa san Juan Pablo II en 1986.

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