Amigos Argentinos de la Universidad Hebrea de Jerusalem: “Hay que trabajar con modelos más innovadores”

Amigos Argentinos de la Universidad Hebrea de Jerusalem: “Hay que trabajar con modelos más innovadores”

Gustavo Fuchs, de la Oficina de Investigación y Desarrollo de la Universidad Hebrea de Jerusalem, mantuvo una entrevista con Itongadol, en el marco del Seminario “Ecosistemas de innovación, propiedad intelectual y patentes”, organizado por los Amigos Argentinos y el Departamento de Bioeconomía, Políticas Públicas y Prospectiva de la UBA. 

Fuchs se dedica a la transferencia de tecnología, que permite que los resultados de las investigaciones de la Universidad sean preparados para ser transferidos a la industria en forma de producto. 

“Cuando hablamos de innovación, hablamos de nuevas tecnologías, que demoran en madurar. También hablamos sobre invenciones ya hechas, pero que pueden devenir en aplicaciones innovadoras que no se habían pensado antes”, destacó en diálogo con Itongadol

– ¿Cómo está hoy en día Israel en el campo de tu especialidad? 

– La Universidad Hebrea fue la segunda institución académica que creó una unidad de transferencia de tecnología, en 1964. Los campos para esta transferencia son muy amplios, por que al ser una universidad que enseña e investiga, este conocimiento científico se patenta y transfiere. 

– ¿En qué consiste? 

– Para las universidades que investigan, resulta lógico que los resultados se transformen en un producto. Por eso es que se crea la rama de transferencia de tecnología, que prepara esos resultados para ser transferidos a la industria en forma de productos, nuevos procesos, nuevos servicios, etc.

– ¿En el medio de este proceso surge la patente? 

– La Universidad Hebrea tiene más de 7.000 patentes vivas en este momento, entre 90 y 120 se patentan por año. La empresa que hace esta transferencia se encarga de las patentes. No ocurre lo mismo en Argentina donde los científicos hacen las patentes. La presión para que un científico sea también innovador es un problema porque no todo científico puede ser emprendedor y no todos los resultados de las investigaciones pueden ser convertidos en Startups. Los investigadores investigan y hay profesionales especializados que con los resultados de esas investigaciones, los transforman -a través de un proceso- en una idea patentable. 

– ¿Combinan bien estas dos partes? 

– Es un sistema avalado por las leyes internas de la universidad; todo profesor con una invención debe declararla a la empresa de transferencia de tecnología, Yissum, quien se ocupa profesionalmente de preparar todos los procesos para la transferencia. Se libera así a los investigadores para que continúen investigando. 

– Hablemos de innovación… 

– Cuando hablamos de innovación, hablamos de nuevas tecnologías,que van a tardar un tiempo en madurar, sostenidas con una buena base de investigación. Por ejemplo, en colaboración con otras universidades, el gobierno, institutos de investigación europeos, industrias. También se pueden encontrar aplicaciones innovadoras en tecnologías de hace 20 ó 30 años atrás y que no hallaron realmente aplicación en su momento y hoy se están desarrollando. Esto es una innovación per se. Si además lo combinamos con un servicio innovador, además de un producto, se puede llegar a dar servicios al ámbito industrial, lo que genera recursos económicos. Hablamos por ejemplo de Mobileye, de los tomates cherry, de los morrones de varios colores, Orcam, cámara para no videntes que se coloca en el anteojo y con un micrófono incorporado permite leer un escrito.

– Otras invenciones…

– Se desarrollaron medicamentos para el Alzheimer y el Parkinson, el Exelon, y otro para el cáncer mamario, el Doxil, ambos con tecnología de avanzada. 

– ¿Cómo ve el futuro desde su lugar de trabajo? 

– Las universidades son fuentes inagotables de conocimiento. La UHJ tiene resultados de investigación: un medicamento, una máquina, un software es un producto futuro. Esto genera un flujo continuo de material para la transferencia en el futuro. 

Sobre Gustavo Fuchs 

Trabajó en la empresa de transferencia de tecnología de la Universidad Hebrea -Yissum- por 20 años en evaluación de tecnologías y nuevas patentes. Actualmente desde la Universidad está a cargo del área de propiedad intelectual, es decir, de la innovación antes de que se transforme en patente, previo a su llegada a Yissum.

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