El mismo tiene un procesamiento con prisión preventiva confirmado como partícipe necesario de encubrimiento por favorecimiento personal de los imputados iraníes, agravado por ese ataque terrorista, y estorbo de un acto funcional a través del inconstitucional Memorándum de Entendimiento con ese país, tras la denuncia que efectuara el entonces titular de la Unidad Fiscal de Investigación del Atentado a la AMIA, Alberto Nisman, cuatro días antes de aparecer muerto en su departamento, el 18 de enero de 2015.

Su “Carta abierta a la comunidad alawita” habría sido escrita el lunes pasado, precedida por un tradicional texto en árabe que, entre otras cosas, clama por “la maldición de Allah para todos sus enemigos”.

En la misma, Khalil, quien nada originalmente se victimiza como un “preso político”, se dirige a su “querida y respetada comunidad alauita Yafarita Duodecimana de la República Argentina” para presentarse como “un hermano musulmán que está pasando por una situación un poco delicada”, que parece no preocuparle demasiado, dado que le resta gravedad.

“Esta misiva no es sino para agradecer todo lo que hacen por mí en estos duros momentos que estamos atravesando como comunidad”, prosigue con la intención de extender a todo un colectivo una imputación individual.

“La presencia de ustedes en los actos y en las redes sociales son todas caricias al alma en estos momentos”, destaca el detenido antes de referirse a “dirigentes que se preocupan todo momento” por él, “especialmente Sheij Mohsen Ali, Sheij Fayr Ali y el enorme Muhammad Abbas”, el primero de los cuales es el director de la Casa para la Difusión del Islam, muy conocido por su posición abierta y duramente antiisraelí, que muchas veces orilló el antisemitismo, y por haber reclamado que se investigue si el de la AMIA no “fue un autoatentado”, además de haber marchado con una bandera de la organización terrorista libanesa Hezbollah, acusada de haber ejecutado ese ataque y el anterior, contra la Embajada de Israel.

Respecto de su situación carcelaria, quien ocupa la celda 28 del pabellón C “de extranjeros” del módulo 5 del complejo de Ezeiza, cuenta que allí son “30 personas”, con las cuales se lleva “bien”, pero “lo peor es estar encerrado y no poder combatir el sionismo como realmente desea”.

Por ello “es importante que estemos todos unidos como comunidad, ya que el avance del sionismo en la Argentina es fuerte y nos tiene que encontrar unidos y organizados, nunca se atrevieron a tanto como lo hicieron ahora. Con una Argentina entregada y sin estado de derecho”, proclama “Yusuf” entre la paranoia propagandista y los errores de sintaxis, ortografía y puntuación.

“Les pido que no aflojen en este camino” y “no me olviden en sus súplicas”, finaliza “vuestro hermano en la fe”, cual si fuera el papa Francisco.

Cabe recordar que al ser detenido, Khalil alzó sus manos esposadas para que sus vecinos lo vieran y gritó “Allah hu akbar”, una tradicional proclama de la grandeza de D’s que -entre otros- es vociferada por los terroristas suicidas antes de asesinar a sus víctimas.

El texto fue difundido ayer, sábado, a las 21.52 hs., en su perfil de Facebbok, por Emir Fares, quien se presenta como “argentino, artista, militante peronista, JP Descamisados”.

Dice ser “bailarín”, básicamente de tango, haber nacido en Mukharram al-Fawqani, en Hims, Siria, el 22 de enero de 1987, pero ahora residir en Buenos Aires.

El martes, la sala de feria de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal rechazó la excarcelación de Khalil, solicitada por los abogados que significativamente comparte con Fernando Esteche, ex líder de la organización extremista Quebracho, encabezados por el mediático Fernando Burlando.

En cuatro páginas, los jueces Martín Irurzun y Julio Lucini destacaron que ambos fueron operadores de “las autoridades de Irán”, de la cual recibían financiamiento, y que el atentado es un crimen de lesa humanidad.

También recordaron que si bien el titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 11, Claudio Bonadio, dio por cerrada la instrucción en sus casos, resta la realización del juicio oral y público, cuyo desarrollo podrían obstruir en libertad.

Y el día anterior, el mismo de la carta, la sala de feria de la Cámara Federal de Casación Penal rechazó por unanimidad habilitar el receso judicial para tratar su apelación y la de otros imputados porque iría “contra la confirmación de sus procesamientos dictada por la Sala II de la Cámara Federal y se dirigen contra un tema ajeno a aquellos excepcionales”.

Asimismo, los camaristas Eduardo Riggi y Liliana Catucci indicaron, en dos fojas, que dado que las prisiones preventivas “cuentan con un instituto específico para cuestionarlas, no corresponde habilitar la feria judicial en este expediente”, mientras que Ángela Ledesma propuso tratar los pedidos de excarcelación.