La AMIA presentó un libro sobre la investigación judicial del atentado

La AMIA presentó un libro sobre la investigación judicial del atentado

En el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, fue presentado el libro “Causa AMIA”, por un panel integrado por Leonardo Jmelnitzky, presidente de la AMIA; María Angélica Gelli, jurista; Santiago Kovadloff, filósofo; y el autor de la obra, Miguel Bronfman, presentación moderada por el periodista Daniel Santoro.

Leonardo Jmelnitzky le hizo entrega al autor, en nombre de la AMIA, de una plaqueta en reconocimiento a su labor a lo largo de los años, representando a la institución en los estrados judiciales relacionados con la Causa AMIA.

Entre los presentes estaban Gustavo Hornos, juez de la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal; Marcelo Aguinski, juez penal económico; Ilan Sztulman, embajador del Estado de Israel en Argentina;Mario Cimadevilla, titular de la Unidad Especial de Investigación del Atentado a la AMIA, Laura Alonso, titular de la oficina de Anticorrupción del Poder Ejecutivo Nacional; Claudio Avruj, secretario de Derechos Humanos de la Nación; Itamar Steinberg, representante de la OSM para el cono sur de América Latina; Ralph Thomas Saieg, vicepresidente de AMIA; Juan José Avila, Luis Dobniewski; Roberto Zaidenberg; Rubén Beraja; Jorge Kirszenbaum; y Luis Czyzewski; Agustín Zbar; y Jorge Knoblovits, entre otros dirigentes y ex dirigentes de la AMIA y DAIA.

Santoro inició el acto afirmando que: “A 22 años del atentado más grave de la historia argentina, de un libro que se va a convertir en referencia ineludible, desde el punto de vista académico, judicial, periodístico, para poder acercarnos a la verdad”.

Leonardo Jmelnitzky, sostuvo que el libro está escrito por quien es el que más sabe de la Causa AMIA", y considera que no había otra persona capaz de hacer el resumen de la Causa, que es el libro “que tiene poco de opinión personal, es un libro muy técnico, muy referido a los dictámenes elaborados por la justicia, que va a permitir –a todo el que le interese– sumergirse en el laberinto de la Causa, que es lo que hemos encontrado y que es lo que falta encontrar, cuales son los caminos que han quedado truncos, y percibido que estaba flotando en la opinión pública la idea de que en la Causa AMIA no había nada, todo el mundo decía ‘cuándo se va a descubrir la verdad de la Causa AMIA” y todavía se dice, pero nadie tomaba en consideración que había muchos elementos que estaban, que se había trabajado; hubo dificultades pero había pruebas concretas de hechos, con los cuales se pudo conseguir las Alertas Rojas de INTERPOL, aprobadas por el Consejo de INTERPOL por unanimidad y refrendados por la Asamblea de INTERPOL”.

Jmelnitzky también consideró que los “avatares que afectaron” a la Argentina, entre ellos el “descrédito de las instituciones” que “afectaban también los resultados y las conclusiones que podía ir arribando la justicia”; para referirse a que cuando surgió el Memorándum [de entendimiento] con la República Islámica de Irán”, según su opinión personal, “Hubo una intención deliberada de decir que en la Causa AMIA no había nada, que era un puro vacío y que había, en consecuencia, que delegar en otra instancia superadora y reemplazar ese vacío; de hecho hablar de una Comisión de la Verdad significaba que la verdad iba a ser buscada por un ente que no era la justicia argentina, porque estaba implícito que la justicia argentina no había hecho nada, lo cual me parecía una cosa totalmente injusta y falsa”.

La idea del libro fue de un ex presidente de AMIA, Alberto Crupnicoff, aseguró el presidente de la AMIA. Él la retomó tiempo después, “Sobre todo, después de la muerte del doctor Nisman. En medio de esa situación tan caótica, era importante decir que en la Causa hay cosas, elementos, pruebas para justificar la acusación, y surgió la idea de hacer el libro”, comentando que se lo propusieron a Bronfman, si bien pensaba que iba a contestar que no, pero aceptó y aproximadamente un año después se editó el libro.

El presidente de AMIA, también se refirió al terrorismo internacional y su relación con la Causa AMIA, sosteniendo que, cuando la Argentina sufrió los dos atentados [a la Embajada de Israel, el 17 de marzo de 1992, y a la AMIA, el 18 de julio de 1994] afirmando que eran hechos que se podían considerar aislados, pero actualmente se globalizaron. “Son cotidianos, prácticamente afectan a todos los países del mundo” aseguró y agregó “creo que la Causa AMIA, ha sido un testeo de esa situación, y por eso creo que es tan importante seguir trabajando en la Causa AMIA con otra profundidad”. 

A continuación, recordó que uno de los últimos trabajos del doctor Nisman, fue sobre la situación del terrorismo internacional en América Latina. A su entender, sería importante utilizar ese trabajo como base de investigación y profundización, para saber que está pasando en la región. A la vez que planteó que los diversos países deben combatir el terrorismo, manteniendo los principios que los distinguen como sociedades democráticas.

María Angélica Gelli, jurista especializada en Derecho Constitucional y Sociología Jurídica, consideró al libro un aporte valioso pues “Relata el empeño, el esfuerzo por descubrir la verdad y por hacer visible a los demás la verdad” por lo que lo consideró un muy importante testimonio, sosteniendo que en el libro “aparecen las memorias sangrantes de las víctimas y familiares, sino que está la historia jurídica”, destacando que Miguel Bronfman “trató de focalizarse más en la temática en las respuestas que el aparato judicial dio. Al referirse al fallo del Tribunal Federal Nº 3 declarando la nulidad de lo actuado en la investigación sorprendió a la sociedad, pero las instituciones apelaron y el libro relata los hechos probados “lo que es importante, pues los hechos probados o comprobados en la causa son hechos de la Causa”, para agregar que en el libro “Las investigaciones que se llevaron a cabo se hicieron en el contexto de un Estado cuyas instituciones son débiles, de un Estado en que las organizaciones que le son propias: policía, de seguridad, de inteligencia; no estuvo a la altura de las circunstancias de la gravedad del hecho. Por eso, quizás, el gran público que fracasa la investigación y toda la responsabilidad cae sobre el Poder Judicial, pero hay otras corresponsabilidades”.

Santiago Kovadloff, se refirió a la existencia de una paradoja. “Celebrar la publicación de este trabajo extraordinario, de Miguel Bronfman, es al mismo tiempo hacernos conscientes de la deuda extraordinaria, que aún pesa sobre este país, a lo que hace al esclarecimiento del atentado contra la AMIA y unido a él ante la muerte del fiscal Nisman”, para luego afirmar “El libro viene a subrayar una decisión, profundamente personal; pero también representativa de una posición que no es exclusiva de Miguel. La decisión de no abandonar la palabra; la decisión de no renunciar al papel que la palabra tiene que cumplir, que es esencialmente buscar la verdad. Esa decisión se traduce en esta obra que tiene un sinfín de responsabilidades”,

El filósofo aseguró que el libro sale en el marco de una transición, que está atravesando la Argentina. Esta transición, no es de un gobierno a otro, sino “de la concepción de una democracia, a otra concepción de la democracia. De una concepción de la democracia, que ha hecho del ejercicio y la instrumentación de la ley de manera perversa con el curso del poder político; a otra concepción que intenta subordinar la política a la ley. Es decir, que el ejercicio de la política es sujeto a la ley”. Además, Kovadloff dijo que la publicación del libro “recuerda a quienes están llevando adelante esta transición, hacia la inscripción del poder político, en el marco de la ley. Que el porvenir del sistema político, en el que queremos vivir, no puede ser diferenciado del destino final del esclarecimiento de esta Causa. El porvenir de la democracia republicana, está unido al logro del esclarecimiento de este atentado, de las responsabilidades de quienes políticamente intervinieron en el Memorándum y de la muerte del fiscal Nisman”, sosteniendo que esto tiene que ver con “si los argentinos podemos vivir, o no, dentro de la ley”.

Dentro de este marco conceptual, Kovadloff ponderó la perseverancia de Miguel Bronfman, en su lucha por el esclarecimiento de la Causa. “Porque ha tomado lo sucedido como parte de su vida personal, porque le ha pasado lo que le ocurrió a la Argentina, porque comprendió que el triunfo más grande del antisemitismo local, es haber empezado por darle a la comunidad judía su pésame por lo que le había pasado a los judíos. ¿Qué judíos? ¡Nos volaron la ciudad!, pero el éxito de que se haya creído que fue un ataque contra la comunidad, le permitió probar a los asesinos hasta donde el antisemitismo puede tomar la forma de una solidaridad hipócrita, por no vivir como propio el dolor que tuvo lugar. Contra ese encubrimiento, contra esas diferencias, lo hace este libro también. Contra la palabra pervertida, diluida por la mentira, contra la política ejercida por un desborde prostibulario del poder. Estamos enfermos. Este libro es un diagnóstico (…)Somos judíos los que somos argentinos, y es necesario que se entienda como un drama argentino, lo que es atribuido a una tragedia de la comunidad. Para eso está escrito, para mostrar las complicidades del poder político y para no olvidar”.

Miguel Bronfman aseguró: “A mí me parece que la bomba del 18 de julio de 1994, explota todos los días, explota en la sociedad cada día, y particularmente en la comunidad judía”. Al mencionar la causa judicial, que se abrió hacía pocos días contra la ex presidenta y el ex canciller, afirmó “Hay una institución que se presentó, otra que todavía no; algunos familiares que se presentan, y otros que no; y todo genera una gran discusión. Entonces uno se pelean con otros, y algunos les exigen a otros que hagan lo que ellos no hicieron y no son capaces de dejar las demandas y las exigencias. Y la verdad que la AMIA, que es una asociación mutual, no tendría por qué estar evaluando si se presenta o no a querellar a un ex presidente de la Nación, la AMIA se tendría que estar ocupando de otras cosas, pero esa bomba del 18 de julio obliga a que esas cosas ocurran, obliga que las instituciones judías estén con pilotes, que haya seguridad en cada acto, en cada mañana cuando los niños tienen que entrar a la escuela y a tantas otras cosas más”.

Bronfman sostuvo que, pese a haber ocurrido el atentado contra la Embajada del Estado de Israel, dos años después “nadie estaba preparado para un segundo atentado, ni las fuerzas de seguridad, ni las fuerzas de investigación, ni el poder político, ni la dirigencia comunitaria. Así fue haciéndose lo que se podía, como se podía, a los tumbos, con buenas intenciones, con malas intenciones en otros casos también. Todos recordamos las imágenes, después del hecho, con gente caminando sobre los escombros, tratando de ayudar a víctimas que podían estar ahí, pero alterando el lugar del hecho e incluso, seguramente haciendo más dificultoso el rescate. Pasaron horas hasta que se sacó a esa gente, se estableció cierto orden”.

Luego de esta descripción, Bronfman manifestó que así comenzó la investigación y, también, “las sospechas de participación de elementos de las fuerzas de seguridad. Esto, desde lo que yo sé, no ha ocurrido en otros países que han sufrido actos de terrorismo. En Madrid, en Atocha, en Londres; nadie sospechó de las fuerzas de seguridad. Acá sí, y no sin fundamento, además, si a esto le sumamos el escaso interés del estado en resolver el caso” y recordó la frase de un periodista ya fallecido, que dijo en un programa de televisión, la noche del atentado a la AMIA, que murió gente que no tenía nada que ver.

En base a lo expuesto Bronfman afirmó “Con todo este cuadro, si miramos para atrás, la verdad es que las posibilidades de éxito de la investigación eran escasas o nulas. Y parece casi milagroso todo lo que hoy sepamos todo lo que sabemos, que es lo que intentamos destacar en este libro: cómo fue la explosión, quiénes son los principales sospechosos”, para manifestar luego que la intención del libro, reiterando lo expresado por Jmelnitzky, es erradicar la idea de que en la “Causa AMIA no hay nada, no se sabe nada, que estamos como aquel 18 de julio. Siempre hubo gente que quiso imponer esta idea, pero fue a partir del año 2013 que tomó una fuerza terriblemente dañina. Porque provino, nada más ni nada menos, que del poder ejecutivo de la Nación”.

El autor del libro, aseguró que “la firma de ese Memorándum, que por suerte no está más, fue acompañada por una retórica terriblemente dañina”, explicando por qué se opusieron de inmediato, por qué lo consideraron inconstitucional y por qué decían que la verdad ya estaba en el expediente. Lo que se necesitaba, era el mecanismo para poder juzgar a los acusados. Finalmente, mencionó que como algunos niegan la existencia del coche bomba, acusan que fue un auto atentado o sostienen que lo cometió la derecha israelí, teme que llegue un momento en que se afirme que el atentado no existió, pese a las pruebas existentes, y que el libro tiene como objetivo ser un documento que demuestra lo que se avanzó y que la causa no está vacía.

Jorge Knoblovits al ser consultado por AJN/Iton Gadol nos manifestó: “Vine a esta presentación por seguir la Causa AMIA y avalar la actuación de Miguel Bronfman en toda la causa, que cumplió una etapa importantísima, que además se tuvo que hacer cargo en los peores momentos, cuando fue el tema del Memorándum y la muerte del fiscal Nisman, y corresponde con la presencia invitar a todos los amigos abogados y escuchar el informe de gestión, pues no deja de ser un informe de gestión habiendo además renunciado al patrocinio ahora da cuenta de lo que se hizo, que fue muchísimo. Durante mi gestión en la DAIA, entre AMIA y DAIA había una acción mancomunada y conjunta porque las dos son querellantes y hoy veo que cada una tiene agendas distintas y nosotros teníamos una consulta permanente con nuestra comisión jurídica, que hoy no está constituida, y no hay mentes lúcidas con quien consultar cual es la mejor estrategia, y me da mucha pena que no haya coordinación entre las instituciones y que no estén presentes, acá no hay nadie de DAIA, y las presentación que hace la DAIA en relación al tema Nisman no están acompañadas por la AMIA, lo que veo son datos objetivos, por qué lo que nos hizo fuertes fue la gestión conjunta”

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