Además de pedir y agradecer, Canecín invitó a los devotos a no automatizar la señal de la Cruz

Instó a que el propósito para este año sea realizar el gesto no en forma mecánica, sino a conciencia porque eso permitirá dimensionar que Dios espera que actuemos con amor. Asimismo, hizo hincapié en los resultados personales y sociales que se pueden obtener si cada uno practica el lema pronunciado por el Papa: “La no violencia, un estilo de vida para la paz”.

El obispo de la Diócesis de Goya, Adolfo Canecín presidió la misa que ayer se celebró en la iglesia Nuestra Señora de las Mercedes. Durante su homilía comentó que en su visita al predio donde harán la capilla a la Santísima Cruz, escuchó testimonios de devotos de los cuales algunos fueron a agradecer y otros a pedir. Consideró que ambas expresiones son importantes pero también invitó a que este año sumen un propósito como por ejemplo “hacer bien la señal de la Cruz”. Es que, de esa forma, destacó se tomará conciencia del amor de Dios hacia cada uno y de la importancia de replicar ese sentimiento hacia los demás.

En el inicio de su alocución, según lo escuchado por  El Litoral a través de una transmisión facilitada por Hugo Cáceres, Canecín expresó: “Hermanos estamos viviendo un año nuevo que Dios nos regala. Dios nos ama y nos ama tanto que aunque hayamos quizás malgastado, me refiero primero a mí mismo, el año 2016 sin embargo como su amor es tan grande, nos regala un tiempo nuevo. Un tiempo nunca antes vivido”.

“Y Dios confía en que si nos animamos a sacar aquello que  tenemos dentro, considerando que somos  imagen y semejanza de él,  nuestra vida, la familia, la iglesia y la sociedad puede ser distinta, puede ser diferente”, continuó. 

Aljibe y no violencia

Tras lo cual hizo hincapié en que “el corazón humano es como un aljibe, hondo y profundo”, señaló e inmediatamente después agregó “en  el verano el agua de arriba es caliente” y podemos encontrar “algún yuyo, alguna ranita verde”. Es decir, “si sacamos el agua de arriba, es fea”. Sin embargo “si dejamos ir la rondana, en el fondo hay agua pura, limpia y fresca”.

“El corazón humano, el de cada uno de nosotros, es como un aljibe”, comparó el Obispo, quien consideró que “si nos animamos a ser profundos, tenemos la reserva de los valores morales, espirituales;  porque somos imagen y semejanza de Dios, porque somos sus hijos e hijas”. 

“Qué lindo que nos animemos en este año que estamos estrenando a sacar de lo hondo y lo profundo”, afirmó y después pidió no sacar el agua de arriba por apurados. “Porque en los profundo tenemos buenas palabras, buenos sentimientos, buenos afectos, buenos proyectos”, acentuó. Al mismo tiempo insistió “un aljibe inagotable es el corazón humano”.

Sin violencia

Luego, en otro momento de su homilía, se refirió al lema que fijó el Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz del corriente año: “La no violencia, un estilo de vida para la paz”.

“Miren si nos animamos todos, empezando por  el Obispo,  a dejar de lado la intolerancia, la agresividad, la violencia. Voy a tener  un estilo de vida de una persona pacífica,armoniosa, que  busca la comunión”, graficó el obispo, que seguidamente consultó retóricamente: “Ustedes me pueden preguntar pero de dónde sacamos si vivimos inmersos en una realidad de tanta agresividad, tanta inseguridad, tanta violencia. La respuesta es: el aljibe es  profundo, en lo profundo de nuestro corazón tenemos reservas”.

“Si soy superficial saco la mala palabra, la agresividad, la impaciencia pero si me animo a ser profundo, puedo sacar la no violencia como estilo de vida para la paz”, aseveró Canecín. A su vez, invitó a ser  todos constructores y herramientas de paz”.

Propósito

Seguidamente, el Obispo habló a los devotos y peregrinos sobre el significado de la Cruz. “Cada vez que nosotros marcamos nuestros cuerpos con la señal de la cruz  debemos recordar la iniciativa de Dios”, de darnos por amor su único hijo  y que éste muera en la cruz.

“Sólo quien valora la iniciativa de Dios, es capaz de corresponderle”, indicó.

Y en ese contexto comentó que durante su recorrido por el predio de la Cruz Gil en la tarde del sábado, escuchó muchos testimonios de devotos que vinieron a pedir o agradecer, lo que consideró que está bien. Pero “creo que este año podemos dar un pasito más:  es decir, además de pedir, agradecer, vamos a fijarnos un propósito que puede ser hacer bien la señal de la cruz; porque si lo hago bien tomo conciencia de la iniciativa de Dios: que me amó y por mí murió”, acentuó y subrayó que “él espera que vivamos en ese amor porque el amor “todo lo perdona, todo lo espera, todo lo cree, todo lo soporta”.

“Por lo tanto, devotos y peregrinos de la cruz gil si llevamos el propósito de vivir lo que significa la Cruz estaremos ayudando a transformarnos a nosotros mismos pero también a la familia, la iglesia, la sociedad”, planteó el Obispo, quien después concluyó su homilía reiterando la propuesta de tener como propósito para el próximo 8 de enero: “Hacer bien la señal de la Cruz”.

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