Aborto en Argentina: “La ley no da soluciones a las mujeres”

Aborto en Argentina: “La ley no da soluciones a las mujeres”

Se intensifican los mensajes de obispos y grupos católicos en el país del Papa, ante el inminente tratamiento de la legalización del aborto en el Senado. Profesionales de la salud manifestarán su preocupación con un abrazo simbólico a un hospital en San Juan

La legalización del aborto no soluciona los problemas de las mujeres. No da respuestas a la mujer violada, ni a la joven abusada. Ni aborda con madurez el problema de salud pública. De eso está convencido Jorge Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo en Argentina. Por años titular de la Pastoral Social y voz escuchada del episcopado en el país del Papa, sus palabras resuenan en medio de un candente debate legislativo por la interrupción de los embarazos. El proyecto de ley ya obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados, por un estrecho margen de cuatro votos. Y ahora el Senado se dispone a discutirlo y votarlo.  

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En este contexto, muchos obispos han querido dar una palabra sobre el particular. Como Víctor Manuel Fernández, hombre de confianza del Papa Francisco. En la misa por su toma de posesión como arzobispo de La Plata, comenzó su homilía abordando un tema que -dijo- resulta inevitable. “Se habla de salud pública. Pero en la Argentina hay alrededor de 240 muertes maternas por año. De esas, más del 80 por ciento no son por aborto. Porque más de 200 mujeres mueren porque llevan su embarazo desnutridas o enfermas”, señaló. 

  

Más adelante indicó las lagunas del proyecto de ley. Entre otras cosas porque no se definió “un sistema de acompañamiento para embarazos no deseados, de asistencia a las mujeres pobres, de facilidades para la adopción y de tantas otras posibilidades que podrían ayudar a resolver muchas situaciones sin la muerte de los pequeños”.  

  

Sus palabras tuvieron alto impacto, mientras los sectores contrapuestos a favor y en contra de la ley intensifican sus acciones públicas y privadas para lograr que el Senado les de la razón. En este contexto, la Conferencia Episcopal Argentina decidió convocar a una misa para el próximo domingo 8 de julio, a las 11 de la mañana, en el santuario de Nuestra Señora de Luján, la patrona del país. Una celebración que promete ser multitudinaria. Bajo la etiqueta #ValeTodaVida, se rezara por “cuidar de toda vida, en especial la del niño y niña por nacer”. 

  

Aunque los medios de comunicación argentinos interpretan a esta misa como “una estrategia” para detener el avance del proyecto de ley, en realidad se trata de la primera y más natural respuesta que la Iglesia católica puede dar: oración. Que, para quienes creen, no resulta un dato menor. Aunque, desde el frío análisis político, podría resultar irrelevante. Hasta ahora, ha quedado claro que el movimiento de los opositores al aborto reunidos bajo el lema “Salvemos las 2 vidas” ha tenido repercusión concreta, no sólo en la calle con manifestaciones multitudinarias, sino también dentro de los pasillos del poder. Llegando a equiparar en fuerzas al movimiento pro-aborto, políticamente radicalizado y con demostrada capacidad de operación.  

  

“El proyecto que cuenta con media sanción no soluciona el problema de la mujer embarazada como consecuencia de una violación. Termina con la vida concebida y deja impune al violador. Tampoco da respuesta a la adolescente que es abusada en su hogar pobre por algún familiar o vecino, sino que borra la vida inocente y obliga a volver al mismo lugar de suplicio a la víctima”, dijo el arzobispo sanjuanino, Jorge Lozano, al Vatican Insider. 

  

“La cuestión de la salud pública no es abordada, ya que nada propone acerca del tratamiento de las mujeres embarazadas y el cuidado de su salud, lo único que busca es el aborto. Espero que en la Cámara Alta se puedan analizar adecuadamente estas cuestiones tan importantes, y que el proyecto no sea aprobado. Hace falta una mirada más Federal que tenga en cuenta la idiosincrasia de todo el país”, agregó. 

  

Esto mientras varias organizaciones de profesionales de la salud convocaron a un abrazo simbólico al Hospital Rawson de San Juan, previsto para este viernes 29 de junio a las 11:00 horas de la Argentina. El objetivo de esta curiosa protesta es manifestar públicamente la “preocupación y angustia” ante la posible legalización del aborto.  

  

La iniciativa involucró no sólo a católicos, sino a representantes de diversas iglesias cristianas y de distintas religiones. Así, en la presentación de esta actividad participaron Mauricio Zanni, líder de la Iglesia de los Santos de los Últimos días -comunidad de mormones-; Lilian Sotomayor, Directora de la Escuela Científica Basilio; Graciela Pérez, coordinadora General de Cultos de la Comunidad Bahai de Argentina. 

  

Con ellos estuvieron los pastores Orlando Ibaceta y Mónica Bazán de Ministerio Shekinah; el pastor Héctor Toledo de la Convención Evangélica Bautista Argentina; los pastores Luis Luna, Daniel Giménez y José Luis Correa del Consejo de Pastores Evangélicos de San Juan; Isabel Vargas en representación de la Iglesia Adventista y la Dra. Verónica Chicón por la Comisión Arquidiocesana de Justicia y Paz. 

  

“Teniendo en cuenta esta convocatoria nos parece de vital importancia como comunidades de fe, acompañar y entregar nuestro afecto y cariño a hermanos nuestros, queremos que sientan nuestra compañía, nuestra cercanía, a la vez que invitar a todas las comunidades religiosas y a la ciudadanía a participar del acto en defensa del más elemental derecho humano”, precisó Lozano. 

  

Por su parte, el pastor Daniel Giménez aseguró que “todas las Iglesias Evangélicas del país” rechazan la ley de despenalización del aborto, no sólo porque su profesión de fe les lleva a defender la vida, sino también por los “motivos legales, psicológicos y emocionales que afectan a la mujer y que en esta ley no se están contemplando”. 

  

El 15 de junio pasado y luego de 23 horas de discusión, la Cámara de Diputados de Argentina aprobó la ley de interrupción voluntaria del embarazo por 129 votos a favor y 125 en contra. Ese proyecto se encuentra ahora en diversas comisiones del Senado y se espera que llegue al pleno para su votación el 8 de agosto próximo.  

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